Las tres franjas cruzan de manera horizontal, el primero de tono amarillo representa el oro y las riquezas del país, mientras que el azul hace alusión al mar y el cielo, y el rojo, a la sangre derramada por próceres en las luchas libertarias.

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Ese concepto se narra a los alumnos de los primeros años de educación básica en las clases de Estudios Sociales sobre la actual bandera, que en 1860 se cambió a los colores actuales. Ese año se decretó el uso como símbolo oficial y sagrado.

Este Diario reunió a 183 de 393 abanderados que suman en total en la Zona 8, comprendida entre Guayaquil, Samborondón y Durán. De los abanderados, 266 son mujeres y 127 hombres quienes portan hoy el estandarte nacional en la jura de bandera que cumplen 57.422 estudiantes de esta zona.

“Es muy importante porque los símbolos de la patria son la identidad del pueblo. Un pueblo que no tiene una identidad es como si no existiera”, dice Carmen Avilés, presidenta de la Fundación Símbolos Patrios, creada hace 36 años.

La presidenta vitalicia de la fundación, Laura Zambrano, señala que es vital que desde niños se imparta la importancia de los símbolos, a fin de motivar la construcción de una mejor sociedad que busque el bien de su país. A inicios de los 50, en el colegio Santa Rosa de Lima (Cañar), Zambrano recuerda que a ella como mejor estudiantes solo se le dio una medalla, no había jura de bandera.

Y es que en 1955, el Congreso Nacional instauró el 26 de septiembre como el Día de la Bandera Nacional y con ello se empezaron a dar las tradicionales juras de bandera, símbolo que ha variado su diseño.

Fuente: El Universo