Un nuevo huracán pone en alerta al sur de Estados Unidos. Este miércoles Laura se convirtió en un huracán categoría 3, con vientos de hasta 185 km/h, amenazando las costas estadounidenses del Golfo de México con inundaciones potencialmente 'catastróficas', según el Centro Nacional de Huracanes (NHC).

Créditos: AFP

Se espera que Laura siga aumentando su fuerza hasta convertirse en un huracán de categoría 4 mientras se acerca este miércoles a las costas del suroeste de Luisiana y de parte de Texas, precisaron los meteorólogos.

Laura también amenaza los principales centros de refinación de petróleo de Lake Charles en Luisiana y de Beaumont y Port Arthur en Texas, ubicados cerca de la costa.

«Solo tienen unas horas para prepararse y evacuar», advirtió en Twitter John Bel Edwards, el gobernador de Luisiana, estado aún traumatizado por la devastación causada en 2005 por Katrina, un huracán de categoría 5, la máxima, que inundó el 80% de Nueva Orleans, dejando 1000 muertos y enormes daños.

«Dondequiera que estés al mediodía, ahí es donde deberás capear el temporal», agregó.

«Esperamos cortes de electricidad generalizados, árboles derribados. Habrá daños en casas y negocios», dijo Donald Jones, meteorólogo del Servicio Nacional de Meteorología en Lake Charles, Luisiana, que está cerca de la trayectoria que se espera que siga la tormenta.

«Les digo que esta va a ser una situación muy grave», agregó.

Miles de evacuados
En la evacuación más grande en Estados Unidos durante la pandemia de coronavirus, más de medio millón de personas recibió el martes la orden de desalojar la costa del Golfo de México antes de la llegada de Laura.

Más de 385 000 residentes recibieron instrucciones para evacuar las ciudades texanas de Beaumont, Galveston y Port Arthur, y otras 200 000 para las tierras bajas del suroeste de Luisiana, donde los meteorólogos dijeron que una marejada ciclónica de alrededor de 4 metros de altura, coronada por olas, podría sumergir comunidades enteras.

Se espera que las aguas oceánicas se adentren en tierra firme a lo largo de más de 720 kilómetros (450 millas) de costa, desde Texas hasta Mississippi. Se emitieron alertas por huracán desde San Luis Pass, Texas, hasta Intracoastal City, Luisiana. También había advertencias por marejada ciclónica desde Port Arthur, Texas, hasta la desembocadura del río Mississippi.

El número de evacuados podría aumentar si la trayectoria del huracán gira hacia el este o el oeste, dijo Craig Fugate, exdirector de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias.

Ante el temor a que los residentes no se marchen a tiempo, Edwards dijo que quienes estén en el suroeste de Luisiana tienen que llegar al lugar donde van a esperar el paso de Laura antes del mediodía del miércoles, cuando comenzarán a notarse los efectos del meteoro.

Las autoridades instaron a la gente a quedarse con familiares o en habitaciones de hotel para evitar la propagación del COVID-19. Los autobuses contaban con equipos de protección y desinfectante, y trasladarán a menos pasajeros para mantener la distancia social, señalaron las autoridades de Texas.

Instalaciones energéticas
El huracán supone también una amenaza para un importante centro energético del país. De acuerdo con el gobierno, el 84% de la producción de petróleo del golfo y cerca del 61% de la de has natural se pararon. Cerca de 300 plataformas han sido desalojadas.

Aunque los precios del petróleo suelen dispararse antes de la llegada de un gran huracán por la ralentización de la producción, el descenso de la demanda a causa del coronavirus podría evitar las alzas en esta ocasión.

El martes en la noche, Laura estaba a 700 kms al suroeste de Lake Charles, Luisiana, y se movía en dirección oeste-noroeste a 28 km/h con vientos máximos sostenidos de 140 km/h. (I)

Laura pasó sobre Cuba luego de causar la muerte de 20 personas en Haití y de otras tres en República Dominicana, donde provocó cortes de electricidad y fuertes inundaciones.

Nota Original: El Universo – LINK