Científicos de la Universidad de Linköping, en Suecia, elaboraron una venda sanitaria capaz revelar signos tempranos de infección sin interferir con el proceso de curación. El vendaje está hecho de nanocelulosa de malla apretada, material que evita que entren bacterias y otros microbios. Al mismo tiempo, deja pasar gases y líquidos, algo que es importante para la cicatrización de heridas.

Una vez aplicado el vendaje en la herida, este debe de permanecer durante todo el proceso de cicatrización. Si la herida se infecta, la gasa cambiará de color.
“Poder ver al instante si una herida se ha infectado, sin tener que levantar el vendaje, abre la puerta a un nuevo tipo de cuidado de heridas que puede conducir a una atención más eficiente y mejorar la vida de los pacientes. Además, puede reducir el uso innecesario de antibióticos”, aseguró Daniel Aili, profesor de la División de Biofísica y Bioingeniería de la Universidad de Linköping.
Las infecciones por accidentes a menudo se tratan con antibióticos que se propagan por todo el cuerpo. Pero si esta se detecta en una etapa temprana, el tratamiento local de la herida puede ser suficiente. Por eso, los investigadores de la Universidad sueca también están desarrollando sustancias antimicrobianas basadas en los llamados lipopéptidos que eliminan todo tipo de bacterias.
El vendaje y la sustancia antimicrobiana son parte de la elaboración de un nuevo tipo de tratamiento de heridas en la atención ambulatoria. Pero como todos los productos que se utilizan en entornos de atención médica tienen que pasar pruebas rigurosas y costosas, se estima que, en un periodo aproximado de cinco a diez años, este producto esté ya disponible.

 

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