Brasil, con más de 190 mil contagiados y más de 13 mil muertos, es el segundo país más afectado de América y todavía se espera que las cifras suban mucho más.
En ese contexto el presidente Jair Bolsonaro ha visto disminuir su popularidad mientras también es investigado por el Tribunal Supremo por una supuesta injerencia en la cúpula de la Policía para ayudar a un familiar suyo.
La investigación incluso ha hecho que tres de sus ministros, todos generales -dos retirados y un activo-, sean interrogados sobre el caso.
El máximo tribunal tomó el caso luego de que el popular ministro de Justicia y exjuez Sergio Moro renunciará a su puesto en el ministerio acusando al primer mandatario de haberlo presionado para cambiar al director de la Policía Federal para proteger a sus hijos, que son investigados por varios casos. Moro también declaró ante el tribunal.
De acuerdo con una publicación de El País, una de las claves en el caso es una grabación del consejo de ministros realizada dos días antes que renunciara Moro, ya que según personas que la han escuchado, Bolsonaro afirma que la Policía Federal está persiguiendo a sus hijos. El presidente lo ha negado y la verdad aún no se puede saber porque esa grabación no es pública.
Frente a la situación, Bolsonaro ya negocia con varios partidos, que esperan ganar en el gobierno, por si en un futuro lo llevan a juicio político en el Congreso de Brasil.
En tanto, la crisis provocada por el coronavirus en el país sigue causando preocupación. Expertos advierten que los contagiados son muchos más que las cifras oficiales que se tienen hasta el momento, además de que hay 2 mil muertes sospechosas de ser causadas por el COVID-19 y las hospitalzaciones con cuadros respiratorios son el cuádruple de los hospitalizados que han dado positivo por coronavirus.
Pese a ello Bolsonaro no ha modificado su postura frente a la pandemia y continúa queriendo reactivar la economía lo antes posible, mientras aumentan los enfrentamientos con su equipo y varios de los gobernadores estatales por esta razón.
Un sondeo publicado el pasado martes indicaba que la desaprobación del mandatario había aumentado a 55% y su aprobación había bajado a 39%. Antes de la pandemia quienes lo apoyaban o desaprobaban tenían cifras casi iguales.
También dice que el apoyo a la gestión de los gobernadores durante la pandemia es de 69%, mientras la del gobierno es de 51%. Varios de los gobernadores han criticado con dureza a Bolsonaro por su manejo de la crisis, incluso algunos con los que tenía cierta cercanía.
Uno de los últimos enfrentamientos se dio el pasado lunes, cuando el gobierno decretó que los gimansios, peluquerías y salones de belleza como servicios esenciales para que puedan volver a la actividad. Algo que chocó con algunas medidas de los gobernadores que siguen prefiriendo un distanciamiento social.
Fuente: El Universo-Nota Original: LINK