La mañana de aquel viernes la transmisión televisiva paralizó a todo el país. Un solo grito de aliento unió a todos los ecuatorianos para que “Jeff” cruce la meta en un tiempo de 1 hora 20 minutos y 7 segundos, demostrando que Ecuador también puede codearse con las grandes potencias del deporte mundial.
De esta manera, Jefferson Pérez entró en el pabellón histórico de la gloria olímpica en la ciudad de Atlanta (EE.UU.). El marchista quedó marcado como el símbolo viviente representante del deporte ecuatoriano, no solo por haber sido el primer y único ecuatoriano en lograr lo impensable en las Olimpiadas, sino también por sus triunfos en campeonatos mundiales como los de París 2003, Helsinki 2005, Osaka 2007 y las Olimpiadas de Pekín 2008, en donde quedó segundo pero actualmente las autoridades locales reclaman al Comité olímpico internacional la medalla de oro por el caso de dopaje del ruso Valeriy Borchim y que todavía está en deliberación.
Tuvieron que pasar 72 años para que Ecuador alcance su primera presea dorada desde su primera participación en París 1924. Hasta el momento, las imágenes de Jefferson cruzando la línea de meta sirven de inspiración a jóvenes que, al igual que él, buscan alcanzar la gloria en ámbitos estudiantiles y deportivos.
Luego del triunfo del cuencano, el presidente de la República Sixto Durán Ballén declaró a Pérez como Héroe Deportivo Nacional y creó un proyecto de ley para darle una pensión vitalicia. «Tuve una especie de premonición, de corazonada, que nuestro deportista iba a tener un buen lugar; pero debo ser honesto, nunca creí que iba a llegar en primer lugar y ganarse esa medalla de oro» reconoció Durán-Ballén.
De igual manera, en honor a la gesta histórica del marchista, el 26 de julio ha sido nombrado como “El Día del Deporte Ecuatoriano”, jornada en la que se impulsa la práctica de actividades recreativas para mejorar la calidad de vida de las personas.
Así, hoy se conmemoran los 20 años de un hecho histórico que es y será recordado a través de los años. El deporte ecuatoriano nunca alcanzó un lugar tan alto. Por eso y todo lo que esta medalla representa para el Ecuador… ¡Gracias Jefferson!