A pesar del desgaste público de su imagen y de la disputa política que lo mantiene sin funciones y con opiniones divididas dentro del oficialismo, el vicepresidente Jorge Glas Espinel llega al cierre de la instrucción fiscal por asociación ilícita del caso Odebrecht con tres tesis: no hay pruebas que lo incriminen en corrupción, es inocente y que si un tercero tomó su nombre, deberá responder ante la justicia.
La instrucción fiscal –que primero estuvo a cargo de la fiscal Diana Salazar y luego del titular, Carlos Baca Mancheno– se cierra hoy, al cumplirse los 120 días previstos en el Código Integral Penal (COIP), contados desde junio pasado.
Desde entonces, 18 personas han sido vinculadas en calidad de procesados, entre ellos Jorge Glas y su tío Ricardo Rivera, quien fue detenido el 2 de junio bajo la sospecha de haber recibido, a través de terceros, $ 13 millones de Odebrecht. También están incluidos el excontralor Carlos Pólit y exfuncionarios públicos y privados.
Con el tiempo salieron a la luz videos, grabaciones de audio y versiones que señalaron al tío del vicepresidente como el intermediario encargado de recibir dinero ilegal relacionado con el esquema de sobornos de la constructora brasileña.