La noche del 2 de octubre del 2017, el entonces vicepresidente sin funciones, Jorge Glas, ingresaba a la Cárcel N°4, en Quito, desde donde -dijo- demostraría su inocencia.

Tomada de Twitter

Un año después, el exvicepresidente cumple una sentencia de seis años de prisión por asociación ilícita y es investigado por posible cohecho, peculado y delincuencia organizada. Estos casos se relacionan con la trama de corrupción de la constructora Odebrecht, en la que se detectaron pagos de sobornos a funcionarios y sobreprecio de obras energéticas.

En la Fiscalía General, los casos por cohecho y peculado siguen activos. Pero se manejan bajo reserva, y tanto avances como evidencias no son de acceso público. Sin embargo, una parte de los indicios con los que cuenta la Fiscalía se hallan en la propia sentencia del juicio por asociación ilícita. En ese fallo, los jueces de la Corte Nacional, Édgar Flores, Sylvia Sánchez y Richard Villagómez, dijeron: “existen actos relevantes que permiten concluir la participación de Jorge Glas Espinel, en delitos de cohecho y peculado”.

En la sentencia, el tribunal determinó que el tío de Glas, Ricardo Rivera, “viabilizaba la asociación ilícita” y que esta acción permitió que Odebrecht accediera a pliegos y bases de los concursos, en los que finalmente fue contratista. Eso pasó con la central Manduriacu, la Refinería del Pacífico, el acueducto La Esperanza; el proyecto Daule-Vinces y la construcción del poliducto Pascuales-Cuenca.


Fuente: El Comercio