En esta ocasión, solo Estados Unidos, que por primera vez se abstuvo el año pasado de manifestarse en contra de su propia política hacia Cuba, y su aliado Israel, marcaron su voto en negativo.
Esta es la vigesimosexta ocasión consecutiva desde 1992 que el resultado de la votación favorece el levantamiento del cerco comercial, financiero y económico hacia la isla, que ha causado daños estimados en más de $ 822.280 millones a la economía.
“El bloqueo constituye el mayor obstáculo para el desarrollo económico y social del país y para la implementación del plan nacional, en línea con la agenda 2030 de las Naciones Unidas; es el principal escollo para el desarrollo de las relaciones económicas, comerciales y financieras de Cuba con los EE.UU. y el resto del mundo”, aseveró el canciller cubano, Bruno Rodríguez.
Mencionó entre las más recientes acciones estadounidenses, la expulsión de personal diplomático del Consulado General en Washington, el único en ese país, lo cual ha limitado “gravemente” su capacidad para proveer servicios a los viajeros estadounidenses y especialmente a los cubanos residentes que tienen todo el derecho a viajar y a relacionarse con su país.
“Igualmente redujo de manera arbitraria e infundada el personal de nuestra embajada, lo que ha provocado entre otras consecuencias, el desmantelamiento de su oficina económica, comercial, con al avieso propósito político de privar de interlocución al sector empresarial estadounidense, genuinamente interesado en explorar las oportunidades de negocios existentes aún dentro del marco restrictivo de las regulaciones del bloqueo”, ejemplificó el jefe de la diplomacia cubana.
Sin embargo, dijo que Cuba tiene la voluntad de continuar negociando los asuntos bilaterales pendientes con EE.UU. sobre la base de la igualdad y el respeto a la soberanía y la independencia de su país y de proseguir el diálogo respetuoso y la cooperación en temas de interés común con el gobierno norteamericano.
Rechazó las aseveraciones en ese foro de la embajadora estadounidense y dijo que omitió mencionar que el bloqueo es una violación flagrante, masiva y sistemática de los derechos humanos de los cubanos y califica como acto de genocidio a tenor con la convención del delito de genocidio de 1948, además de ser un obstáculo para la cooperación internacional humanitaria que Cuba brinda a 81 países del sur.
Antes de la votación en sesión plenaria, diplomáticos de varios países, a nombre de organizaciones globales y regionales o en su capacidad nacional, abogaron por el cese del bloqueo y criticaron su impacto en el desarrollo socioeconómico de la mayor de las Antillas y las violaciones de los derechos humanos que representa.
La resolución aprobada exhorta a todos los países a no promulgar ni aplicar leyes y medidas contrarias a la Carta de la ONU y violatorias de los principios de la no intervención en los asuntos internos de las naciones y de la libertad de comercio y navegación internacionales, y llama a que los Estados que ejecutan tales acciones tomen las medidas necesarias para derogarlas o dejarlas sin efecto.
El texto solicita al Secretario General de la organización que en consulta con los órganos y organismos pertinentes del sistema de las Naciones Unidas, prepare un informe sobre el cumplimiento de la resolución.
En su reporte de este año, el secretario general, António Guterres, recibió la posición de alrededor de 160 gobiernos y de más de 30 agencias de la ONU, la inmensa mayoría para rechazar el bloqueo y reclamar su fin.
Fuente: Agencia Andes