De acuerdo con datos de la Cámara Nacional de Distribuidores de Derivados de Petróleos del Ecuador (Camddepe), el consumo de la súper bajó 43,1% durante el último mes, pasando de un promedio diario de 545 000 galones a 310 000 galones por día. Algunos consumidores del combustible han optado por migrar a la extra y a la ecopaís (extra con etanol), opciones de menor octanaje y con subsidio.
Esto explica el incremento del consumo promedio diario de la extra de 8%, al igual que de la gasolina ecopaís, cuya demanda subió en 8,2%, según datos de la Camddepe. Ana María Caiza es una de las clientes que ha optado por cambiar de combustible. Anteriormente solo llenaba el tanque de su Mazda BT-50 con gasolina súper, pero desde que se incrementó el precio comenzó a comprar la extra. La súper le resulta “carísima”.
Desde el pasado 27 de agosto -día en que entró en vigor la medida- el galón de este derivado cuesta USD 2,98. Es decir, un auto con un tanque con una capacidad de 10 galones podía llenarse anteriormente con USD 22,60; ahora el conductor debe pagar USD 29,80. El subsidio a este combustible era de USD 0,72 por cada galón. Otros usuarios que mezclaban los dos tipos de combustible, ahora se han quedado solo con extra o están utilizando más este derivado.
Fernando Aspiazu, por ejemplo, cargaba el tanque de su Kia Sportage con ambos tipos. No obstante, desde el ajuste al subsidio, utiliza más extra. “Cuando pueda compraré la súper, porque sí mejora el funcionamiento del auto”. Javier Barros, en cambio, optó por consumir únicamente extra para su Chevrolet Sail 2018, por ser más barata. “Aunque no dura mucho”, dice. Andrés Izurieta, ingeniero mecánico y propietario del taller Ecotech, lo confirma. “Hay que cargar el tanque más seguido, porque el rendimiento no es igual.
Un tanque lleno con súper puede alcanzar para un recorrido de 400 kilometros, mientras que con extra, para unos 350 km”. Alrededor del 20% de los clientes de su taller que usaban súper ha migrado a gasolinas de menor octanaje. Pero Izurieta no lo recomienda. “Los motores necesitan de un octanaje alto y con la extra se reduce la potencia del motor, por lo que se requiere acelerar más”.
En la estación de servicio P&S de la Villa Flora, en el sur de Quito, se vendieron 19 000 galones de este derivado en mayo pasado, este mes calculan que serán unos 8 000 galones, una caída del 58%. No obstante, el consumo de la extra también cayó un 1,6%. Luis Castillo, administrador de la estación, atribuye la baja en ventas a una disminución en el uso de los vehículos por parte de los conductores, como una medida para recortar gastos, producto de la situación económica del país.
Algunos clientes que han migrado a la extra han decidido optar por el uso de aditivos (sustancia química que mejora las propiedades del combustible). En otra estación P&S, en Quito, este producto se vende un poco más que antes.
En la estación de la Villa Flora, en cambio, se tiene previsto comenzar con la venta de aditivos, indicó Castillo. La importación de este producto se incrementó de USD 2,67 millones, entre enero y agosto del año pasado, a 2,87 millones en igual período de este año, según datos de la Cámara de Comercio de Quito.
El Gobierno estimaba inicialmente un ahorro de USD 40 millones para lo que resta de este año y USD 144 millones en el 2019, con la eliminación del subsidio a la súper. Esta medida estuvo acompañada con una mejora en el octanaje de la súper, que pasó de 90 a 92; lo que implicó una inversión de Petroecuador de USD 30 millones.
Erazo explicó que, considerando esa inversión más el aumento del gasto en el subsidio a la extra, por una mayor demanda, el monto generado por la medida será menor. «Lo mejor hubiese sido una medida de incremento gradual mensual de USD 0,05 por galón en la súper y en la extra, para evitar el efecto sustitución”, comentó el directivo.