El movimiento indígena se parte en 4 corrientes políticas electorales. La primera apoya a Guillermo Lasso y es abanderada por la excoordinadora de Pachakutik, Fanny Campos. Esa línea quedó evidenciada con el acercamiento del prefecto de Zamora, Salvador Quishpe al líder de CREO.
La segunda línea respalda la alianza La Unidad (integrada por el Partido Social Cristiano, Avanza, Suma y Podemos). Esa corriente es promovida por el vicepresidente de la Conaie, Rómulo Acacho, y el prefecto de Morona, Marcelino Chumpi. La tercera facción busca acuerdos con partidos y movimientos de la misma tendencia, como Izquierda Democrática, Unidad Popular. La última corriente se inclina por PAIS y es impulsada por el líder de Chimborazo, Mariano Curicama.
Frente a eso dirigentes de base advierten la posibilidad de desintegración de la Conaie, que está formada por 3 organizaciones regionales provenientes de la Costa, Sierra y Amazonía. Son alrededor de 2.000 comunidades y de decenas de organizaciones de segundo grado que conforman a la entidad.
La Ecuarunari representa a los indígenas de la Sierra y copa alrededor del 45% de los delegados de la Conaie. La Confeniae actúa en la Amazonía y alcanza el 30% de la representación y la Conaice representa a la Costa y tiene el 25% de los delegados.
Politización de la Conaie, la causa
El motivo principal del problema no es la existencia de estas corrientes sino la politización de la Conaie porque ya existe Pachakutik, que fue creado en 1995 como brazo político del movimiento indígena.
Según Felipe Tsenkush, el presidente de la Confeniae electo en septiembre de 2015 pero que fue reemplazado del cargo a inicios de este mes por realizar gestiones ante el Gobierno, “la dirigencia de la Conaie sin previa consulta piensa que todos los indígenas y organizaciones deben alinearse a la postura política que ellos adoptan, cuando los estatutos determinan que debe ser apolítica, para eso está Pachakutik”.
Precisó que el mandato constitutivo determina que el trabajo de los dirigentes es defender la identidad, la cultura, la tierra, hacer que los indígenas se vinculen al desarrollo nacional, gestionen atención del Estado, entre otros. “El presidente de la Conaie, Jorge Herrera, y los demás dirigentes, como Carlos Pérez, de la Ecuarunari, se han dedicado a la actividad política y no organizacional”. Por eso dice que su destitución es ilegal porque fue adoptada solamente por 3 de las 11 organizaciones que forman la Confeniae.
“Todas las comunidades rechazan esa actitud, yo soy el único que tiene el nombramiento legal como presidente de la Confeniae”. Señaló que ha tenido el respaldo de dirigentes de base de la Ecuarunari y de la Conaice, quienes inclusive están pensando en que estas organizaciones salgan de la Conaie.
Ellos han convocado para el 27, 28 y 29 de este mes a una asamblea, en Puyo, donde rendirán cuentas del primer año de gestión. Tsenkush demostrará que ha actuado correctamente, además se analizará la actitud de los dirigentes y se tomarán decisiones. “Hemos estado pensando no solo en retirarnos de la Conaie porque la actitud de Jorge Herrera es totalmente antiestatutaria y divisionista”. Sin embargo han invitado a este último a la cita.
Herrera descarta desintegración
Jorge Herrera anticipó que no asistirá a la asamblea y aseguró que Tsenkush fue destituido con el respaldo de 9 de las 11 organizaciones de la Confeniae por “entreguista y gobiernista”.
Consideró que una desintegración de la Conaie no es posible porque su base estructural legítima está vigente y trabajando. “La Ecuarunari, la Confeniae y la Conaice estamos firmemente unidos”. Acusa al Gobierno de utilizar a sus compañeros para promover confusión y división.
Un criterio parecido tiene el presidente de la Ecuarunari, Carlos Pérez, quien aseguró que su organización no se separará de la Conaie, y que como en todo proceso electoral, hay intereses particulares e inconformidad. “Es indudable que la resistencia nos une y las elecciones nos distraen, pero pasarán las elecciones y volveremos a su cauce. Seguiremos siendo indígenas, seguiremos siendo excluidos”.
Aclaró que una desintegración no se va a dar, aunque sí la salida de personas que buscarán sus intereses políticos. Édison Aguavil, presidente de la Conaice, lamentó la actitud política de la dirigencia de la Conaie y expresó la voluntad de continuar la gestión ante el Gobierno en el diseño de políticas y acciones que generen beneficios al sector indígena.
Cuando la Conaie convocó a movilizaciones contra el Gobierno, puntualizó que la Conaice prefirió sentarse a conversar antes que salir a las calles sin una propuesta, posición que aún mantiene. Sin embargo, reconoció que hace falta atención del Gobierno a las demandas planteadas, lo cual fue analizado en una asamblea el mes pasado.