El proceso electoral de 2021 tendrá nuevas reglas de juego. Esto debido a que en enero pasado la Asamblea Nacional aprobó las reformas al Código de la Democracia.
Fueron en total 180 los artículos reformados, equivalente a un 44% de la norma. De esas se destacan aspectos como la eliminación de la votación entre listas para asambleístas, concejales, parlamentarios andinos y juntas parroquiales.
En adelante el elector solo votará por una sola lista. Además se cambio el sistema de asignación de escaños, es decir, en lugar del método D’Hondt, que favorecía a las organizaciones con mayor votación, se utilizará el sistema denominado Webster, para abrir opciones de que partidos de minoría accedan a una curul en el legislativo.
A estas se suma que los partidos y movimientos políticos puedan efectuar alianzas, mediante la asignación equitativa de fondos para la promoción electoral; se fortalece la equidad de género y se insta a las organizaciones a incluir jóvenes en las listas de candidaturas, entre otras modificaciones.
Sin embargo, no se dio paso a la eliminación de las circunscripciones, mecanismo que se utiliza en las provincias con mayor número de electores: Pichincha, Guayas y Manabí; tampoco se aprobó que quienes se postulen, en caso de ocupar un cargo, soliciten licencia sin sueldo desde el momento de su inscripción.
Solo lo harán una vez que empiece la campaña. Las reformas fueron publicadas en el Registro Oficial en marzo pasado y de inmediato se procedió a elaborar el reglamento; la titular del organismo electoral, Diana Atamaint, indicó que si bien existen 18 precandidaturas, estas pueden variar y que se pueden registrar alianzas, hasta que se efectúen las inscripciones.
Para el consejero del organismo electoral, José Cabrera, estas reformas, entre otras, eran temas fundamentales para mejorar los procesos electorales, entre ellos así como tenemos el tema del padrón pasivo, en el que constan personas que no sufragaron en las cuatro últimas elecciones y no efectuaron trámite alguno en el CNE. La reforma les permite salir de ese grupo.
Otro aspecto importante que destacó es el cambio en el método de asignación de escaños, con el fin, añadió, de buscar un método más justo, sobre todo para los movimientos de minoría.
“Lamentablemente por tiempo no se pudieron tratar otros temas que pudieron analizarse o que lo limitaba la Constitución, por ejemplo el fondo de promoción electoral, eso está establecido en la Carta Política y ninguna reforma legal puede modificarlo”, explicó.
Pero recalcó, en cuanto a la promoción electoral, un cambio importante: no solo será la radio, la prensa escrita, la televisión y las vallas publicitarias, sino que se incorporaron espacios digitales, esto de acuerdo con el avance de la tecnología.
Por su parte el analista Sebastián Mantilla, si bien considera que en términos generales las reformas fueron oportunas, sí se debió incluir en el Código de la Democracia el tema de la eliminación de las circunscripciones, pues su vigencia de alguna manera no favorece que el método de asignación de escaños se pueda aplicar debidamente.
“El hecho de que se mantengan todavía las circunscripciones territoriales es parte de un método de asignación de escaños, que favorece principalmente a las fuerzas políticas con mayor votación y que lleguen en los primeros lugares”, advirtió.
También le llamó la atención la gran variedad de precandidatos a la Presidencia y a la Asamblea Nacional, en el caso de Pichincha, Guayas y Manabí van a captar mayor número de curules los partidos grandes o los que tienen mayor posibilidad de ganar la Primera Magistratura.
“Lo que se buscaba con la eliminación de las circunscripciones es que no estén solo representados los partidos grandes, sino que haya mayor proporcionalidad, porque la crítica antes era que el correísmo tuvo 100 asambleístas en el 2013, tenía una gran mayoría, pero a partir del 55% de los votos nacionales”, sostuvo.
Pero sí resaltó el hecho de que se haya eliminado el voto entre listas y que ahora si se votará por una sola tienda u organización política, es decir, ya no se dispersa el voto.
Fuente: El Telégrafo – Nota Original: LINK