«Restringir el comercio sería una herida autoinfligida que interrumpiría la cadena de suministro, dañaría la producción mundial y provocaría la inflación de precios en los materiales de producción y los bienes de consumo», afirmó la exminsitra de Economía francesa durante un acto organizado por el centro Bruegel en Bruselas.
Además, subrayó que los hogares con ingresos más bajos «serían los más afectados» por la medida.
Frente a esa perspectiva, instó a los Gobiernos a invertir en innovación y educación, así como a fomentar el comercio y la cooperación internacional como fórmulas para aumentar la productividad de la economía global.
«¿Qué pueden hacer los Gobiernos para incrementar la productividad? Deberían empezar por impulsar la innovación. Esto supone invertir más en educación e infraestructuras, además de proporcionar incentivos fiscales para la investigación y el desarrollo», aseguró la directora gerente del FMI.
Lagarde también recalcó que, según los análisis del FMI, si las economías avanzadas incrementaran la investigación y el desarrollo privados en un 40 % de media, «podrían aumentar su producto interior bruto (PIB) un 5 % en el largo plazo».
«Y, del mismo modo que necesitamos innovación, también necesitamos más comercio. ¿Por qué? Porque el comercio conduce a compartir la innovación y anima a las empresas a invertir en nuevas tecnologías y prácticas de negocio más eficaces», insistió.