Según el informe dado a conocer este jueves, se estableció que esa guerrilla está involucrada en toda la cadena de valor del narcotráfico: siembra de la hoja de coca, al transforman en pasta de coca y clorhidrato de cocaína y distribuyen la cocaína a clientes nacionales e internacionales.
Aunque la guerrilla no siembra directamente la hoja de coca (lo hacen los campesinos) sí se encargan de la “seguridad con minas y ataques con armas” y organiza a los campesinos en marchas cocaleras contra la erradicación, y les presta dinero para insumos.
En la segunda etapa de producción —transformación de la hoja a clorhidrato de cocaína— las FARC imponen al comprador, prestan seguridad y tasan el precio del producto, cobrándoles a los campesinos impuestos por dicha actividad, según el informe.
En la etapa de distribución, las FARC se encargan de prestar seguridad en la región a los narcotraficantes, hecho por el que reciben un impuesto, dice la Fiscalía.
“Se cuenta con evidencia de que las FARC participan directa e indirectamente en la siembra, transformación y distribución. Así entonces, de manera directa como dueños de los cultivos, laboratorios y cristalizaderos, como de los corredores de distribución contactando como clientes a carteles nacionales e internacionales del narcotráfico”, dice el informe de la Fiscalía.
Desde 1982, según la Fiscalía, se tiene evidencia de que las FARC incursionaron en el narcotráfico.
Los movimientos de dinero del narcotráfico corresponden al periodo entre 1995 y 2014 y durante ese periodo al menos 15 bloques de las FARC y dos columnas móviles recaudaron 66.277.978.247 pesos colombianos, unos 22.534.180 dólares, según la Fiscalía.
Esta información proviene de dispositivos incautados a las FARC durante las operaciones militares conocidas como Sodoma (2010), Odiseo (2011), Raudales (2014), Argos II (2015), Plutonio (2015) en las que se encontraron los movimientos monetarios provenientes del narcotráfico, dice la Fiscalía.
La guerrilla no se ha pronunciado sobre este informe de la guerrilla. Sin embargo el punto del narcotráfico y los cultivos ilícitos es uno de los acuerdos a los que llegaron el gobierno y las FARC en los diálogos de paz que se adelantan en La Habana, Cuba, desde hace más de dos años.
Al alcanzar el tercer acuerdo de la agenda en mayo de 2014, el gobierno y las FARC se comprometieron a encontrar una solución definitiva al problema de las drogas y el desminado de los territorios afectados.
“Es posible que el problema de las drogas ilícitas que tanto sufrimiento ha causado, no desaparezca de Colombia con el fin del conflicto pero sin el conflicto atravesado en el camino es mucho más fácil poner en marcha programas que transformen los territorios y resuelvan los problemas de los campesinos y de la coca de una vez por todas, y concentrar esfuerzos en atacar las estructuras del crimen organizado, que es lo que va a quedar luego de la firma del acuerdo final”, dijo Humberto de la Calle, jefe negociador del gobierno en La Habana.
Hasta el momento se han alcanzado acuerdos definitivos en cinco puntos de la agenda: desarrollo rural integral, participación en política de los guerrilleros, narcotráfico y erradicación de cultivos ilícitos, acuerdo de justicia transicional, y reparación a las víctimas del conflicto. Estos acuerdos dependerán de una refrendación popular para que el tratado de paz que sea firmado entre en vigor.