El líder político kurdosirio Saleh Muslim rechazó hoy cualquier implicación de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG en sus sigas en kurdo), la principal milicia kurda que actúa en Siria, en el atentado de ayer en Ankara, tal y como ha achacado Turquía.

El líder político kurdosirio Saleh Muslim rechazó hoy cualquier implicación de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG en sus sigas en kurdo), la principal milicia kurda que actúa en Siria, en el atentado de ayer en Ankara, tal y como ha achacado Turquía.

«Rechazamos las acusaciones del Gobierno turco, no tenemos nada que ver con ese atentado, ni nos metemos en los asuntos internos de Turquía», dijo a Efe por teléfono el presidente de la principal formación política kurdosiria, el Partido de la Unión Democrática, cuyo brazo armado son las YPG.

Muslim negó que la persona a la que Turquía considera como el presunto autor del ataque suicida esté vinculado a las YPG.

«Ni siquiera conocemos a esa persona», sentenció Al Muslim, para quien las acusaciones de las autoridades turcas hay que tomarlas en el marco del reciente avance de los combatientes kurdosirios en el norte de Alepo, a los que el ejército turco ha respondido con bombardeos desde el sábado.

El primer ministro de Turquía, Ahmet Davutoglu, acusó hoy a las YPG de cometer, en coordinación con la guerrilla kurda del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), el atentado suicida de ayer en Ankara, que causó la muerte de 27 militares y un civil.

En un discurso ante la jefatura del Estado Mayor del Ejército, retransmitido por televisión, el jefe del Gobierno identificó al sospechoso de haber ejecutado el ataque como Salih Mercan, nacido en 1992 en la localidad de Amude, en el norte de Siria.

Según Davutoglu, nueve personas han sido detenidas en relación con este atentado, perpetrado en una zona céntrica de la capital turca ayer al paso de un convoy de autobuses militares que transportaban soldados a su residencia.

Turquía lucha tanto en su propio territorio como en el norte de Siria y de Irak contra las milicias kurdas, que considera terroristas.

En el caso sirio, Ankara quiere evitar a toda costa que los kurdos establezcan en el país vecino una zona autónoma.