Guayaquil registra un promedio de 150 muertos al día por diferentes causas; antes de la pandemia eran alrededor de 35. Esto generó un retraso en la recolección de cadáveres y familias convivieron con los cuerpos hasta por cinco días.
Ante esto, hubo quienes optaron por ubicarlos en portales o veredas cubiertos con sábanas, plásticos o cartones. La situación desde el 7 de abril se normalizó, y desde ahí el tiempo para acudir a levantar un cadáver es de 12 horas.
Los agentes que recogieron los cadáveres no solo se enfrentan a los riesgos de contaminación, sino a emociones, como tristeza, frustración y dolor, que los abocan a situaciones de estrés.
Así lo explica Hamilton Flor Montecé, comandante de la Compañía de Psicólogos del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil. La tensión psicológica puede derivar en cambios de ánimo, irritabilidad, aislamiento, insomnio, en aumento o adquisición de hábitos, como fumar o consumir licor. “Es importante actuar a tiempo y prevenir situaciones de estrés o depresión”.
Nuestros hermanos fallecidos están siento sepultados luego de rendirles honores fúnebres.
Nos acompañan las @FFAAECUADOR y @juandehowitth Gracias a todos por su apoyo en estos duros momentos.
Que descansen en paz. pic.twitter.com/aBfuqzr23l— Jorge Wated Reshuan (@JorgeWated) April 8, 2020
Flor Montecé manifestó que para evitar efectos psicológicos negativos es importante el descanso, la buena alimentación, el deporte, desconectarse de las redes sociales, de las malas noticias y comunicarse con un psicólogo.
“Esto se convierte en una descarga emocional”. El capitán de Policía Gabriel Ochoa Real, del Departamento de Criminalística y Ciencias Forenses, opinó que quienes pueden ser más afectados son los que no trabajan comúnmente con cadáveres.
Puso como ejemplo los que por la emergencia se han sumado a esta tarea, entre ellos agentes que investigan muertes violentas, casos de drogas y de tránsito.
A su criterio, lo más duro no es ver un cadáver, sino el cuadro completo. “Por ejemplo: a mí, más que el cuerpo, el riesgo o el cansancio, me afecta escuchar cómo las personas lloran porque no pudieron salvar a su ser querido”.
También aflige que luego del esfuerzo de trabajar sin parar, se difundan críticas infundadas o noticias falsas acerca de la labor. Por eso, antes de empezar la jornada, él infunde buen ánimo a sus compañeros y oran en grupo.
La cifra de muertos es incierta. Hasta el jueves 9 de abril, fueron inhumados alrededor de 300 cuerpos recogidos en casas y hospitales de Guayaquil.
Los sepelios se realizan en parques de la Paz de la Aurora (Daule) y Pascuales (Guayaquil). La tarde del jueves, por pedido de los moradores de este último sector, se realizó una desinfección de calles por los fluidos que salían de los contenedores donde llevaban los cuerpos, según informó Jorge Wated, titular de la Fuerza de Tarea.
También hubo quejas por falta de lugares para sepultar los cadáveres en el suburbio, pero ahí son entierros no gestionados por el Gobierno. La cifra de fallecidos en Ecuador por el covid-19 aún es incierta.
Juan Carlos Zevallos, ministro de Salud, en una entrevista para la BBC, ofreció que no solo se dará a conocer el total de fallecidos, sino otros detalles.
Por ejemplo, las divisiones por edad, sexo y por la probable causa de mortalidad. “Determinar que una persona falleció por coronavirus no es fácil. Es la razón por la cual hemos implementado la autopsia verbal”. Y agregó que se entrevistará a quienes perdieron a un familiar para saber cuáles de esos casos fueron covid-19.
Fuente: El Telégrafo-Nota Original: LINK