La denominada ‘reunión por la Unidad’, convocada por Fanny Campos, coordinadora del movimiento de Pachakutik (PK), no tuvo éxito. El frustrado encuentro solo sirvió para mostrar la división entre la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) y su brazo político. Un día después del encuentro las reacciones siguieron.
Jorge Herrera, presidente de la Conaie, aseguró que la organización no boicoteó la cita a la que asistieron dirigentes de Sociedad Patriótica, SUMA, CREO, Partido Social Cristiano-Madera de Guerrero. Él llegó a la reunión con bases que gritaban “fuera derecha, fuera”.
Reiteró que su inconformidad no se produjo por los dirigentes invitados. Descartó un aislamiento de la Confederación. Su queja, agregó, fue porque se estaban incumpliendo los procesos. “No hay divisiones. Hay diferencias de criterios que al final salimos consensuando y tomando una agenda”.
Para Herrera, antes de llamar a las alianzas de derecha o de izquierda se debía convocar a otros sectores sociales. Él ya ha empezado a hablar con líderes de la clase obrera, trabajadora, transportista y con los pequeños comerciantes.
El representante de la Conaie volvió a insistir en la conformación de un congreso para reestructurar el Comité Ejecutivo Nacional, en donde también se propondrían nuevas autoridades, especialmente para destituir a Campos, quien se encuentra prorrogada en sus funciones. Y en torno a eso giró el debate ayer. Todos los dirigentes apuntaban a renovar el liderazgo de Pachakutik.
A través de su cuenta de Twitter, la asambleísta Lourdes Tibán reconoció la tensión en la organización. “El problema es interno, la coordinadora se niega a convocar al congreso”, denunció la legisladora.
Mientras que la asambleísta de PK por la provincia de Orellana, Magali Orellana, insistió en que al interior de la agrupación se está tratando la separación de Campos. “Eso se dará a conocer más adelante”. “La coordinación no respetó” a las bases indígenas.
Orellana dijo que para ser coordinadora de PK “lo importante es reconocer la pirámide inversa que tiene el principio de Pachakutik”.
Insistió en que “a nadie le gusta que le traten de forma impositiva o que le den diciendo lo que piensa, hay que respetar a la Conaie, a la Ecuarunari, hay que respetar al pueblo”.
Afirmó que Pachakutik “no es un movimiento tradicional en donde existe un caudillo que mira hacia abajo, como peones y que el resto debe obedecer. Pachakutik es lo contrario”, puntualizó, tras concluir que el “que está arriba debe agachar la cabeza y si no se entiende eso, no se puede hablar de ese proyecto político”.
Fue Campos la que propuso la reunión, secundada por el prefecto de Morona Santiago, Marcelino Chumpi, quien ya había tenido contactos con Jaime Nebot, Paúl Carrasco, Mauricio Rodas y Guillermo Lasso.
El exasambleísta por PK, Cléver Jiménez, también se pronunció sobre el tema. A través de un comunicado pidió la salida de Campos e incluso la responsabilizó “del fracaso del partido político”.
La división en el movimiento indígena quedó patentada cuando el dirigente amazónico Marlon Santi, otro de los organizadores del encuentro por la Unidad, manifestó que las bases del Oriente sopesan crear un propio colectivo.
En medio de este conflicto, el prefecto por Zamora Chinchipe, Salvador Quishpe, reconoció que es complicada una salida ante el conflicto interno de PK. Explicó que reunirse con personas como el precandidato Guillermo Lasso no es una alternativa frente a los ejes de acción de la tienda política. Lo que sí reconoció fue la necesidad de cambiar sus ejes de acción.
En tanto que Severino Sharupi, dirigente de Territorios y Recursos Naturales de la Conaie, confirmó que los representantes de base de las distintas provincias resolvieron convocar a un congreso nacional de Pachakutik para el próximo 5 de marzo, en Quito.
Según el dirigente, en esta reunión se elegirá a un nuevo consejo directivo del movimiento y se analizarán los puntos coyunturales relacionados con la política y la estrategia de unidad con miras a las elecciones de 2017.
Lo importante en este congreso, para Sharupi, es dialogar sobre las diferencias que puedan existir dentro del movimiento indígena y definir un plan de gobierno que sea anunciado a los ecuatorianos.