«Estamos aquí para reafirmar la candidatura del presidente Lula. Es nuestro candidato bajo cualquier circunstancia», manifestó la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, desde el campamento que sus seguidores montaron frente a la sede policial de Curitiba (sur) donde está detenido. El líder de la izquierda, de 72 años, es el favorito para ganar los comicios con un tercio de los votos, lejos de su rival más directo, el ultraderechista Jair Bolsonaro, según todas las encuestas. Aunque Lula debería ser declarado oficialmente ineligible a partir de agosto por la justicia electoral al estar condenado en segunda instancia, el PT apuesta todas sus cartas a que el expresidente (2003-2010) salga pronto de la prisión y haga precampaña.
Después de visitarlo por segundo día consecutivo, su abogado Cristiano Zanin dijo que Lula «está bien, leyendo bastante y también estaba feliz por la victoria ayer del Cortinhians», que se coronó campeón del torneo paulista en una final que el expresidente pudo ver en la televisión que tiene en su celda de 15 metros cuadrados.
«Lula se considera un preso político, pero tiene la confianza de que la justicia puede revertir brevemente no sólo esta orden de prisión, sino también la propia condena que le fue impuesta de una forma injusta e ilegal», añadió Zanin. Parte de las expectativas del PT se concentran en el miércoles, cuando el Supremo Tribunal Federal (STF) podría debatir una alteración de normas que, paradójicamente, podría dejar a Lula libre apenas unos días después de haber dado luz verde a su encarcelamiento. Imputado en otros seis casos, Lula se declara inocente y víctima de un complot de las élites para evitar que vuelva al poder.