El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió el miércoles 05 de junio de 2024 una «amplia» presencia de observadores internacionales en las elecciones presidenciales de julio en Venezuela, durante una conversación telefónica con el mandatario Nicolás Maduro, se informó oficialmente en Brasilia.
El llamado de Lula ocurre días después de que la autoridad electoral venezolana, de línea oficialista, retirara su invitación a la Unión Europea (UE) para observar los comicios en los que Maduro busca un tercer mandato consecutivo que lo proyecte a 18 años en el poder.
Lula reiteró a su par venezolano «el apoyo brasileño a los acuerdos de Barbados y resaltó la importancia de contar con amplia presencia de observadores internacionales», informó la presidencia de Brasil.
El presidente brasileño también expresó que espera que «puedan ser levantadas» las sanciones internacionales que pesan sobre Venezuela, para contribuir a que el proceso electoral avance en un «clima de confianza y entendimiento».
En la llamada, Lula y Maduro también discutieron las relaciones bilaterales, en especial el «interés demostrado por muchos empresarios brasileños» en volver a invertir y comerciar con Venezuela, y una renegociación de la deuda.
Maduro buscará otra reelección
En los comicios que se definen el 28 de julio, Maduro enfrenta en principio al diplomático Edmundo González Urrutia, una inesperada alternativa ante el bloqueo de candidaturas opositoras.
La UE había sido invitada a observar las elecciones, según un pacto entre delegados de Maduro y partidos de la oposición, pero el Consejo Nacional Electoral (CNE) deshizo la invitación después de que el bloque europeo ratificara sanciones contra funcionarios del gobierno chavista.
La líder opositora venezolana María Corina Machado, favorita en las encuestas pero inhabilitada para ejercer cargos públicos, reaccionó acusando a Maduro de tener «miedo» a la observación internacional.
La postulación de González Urrutia a los comicios ocurrió luego que el CNE excluyera a una candidata designada por Machado, una decisión que Lula, visto como cercano al gobierno de Maduro, catalogó en marzo de «grave».
Fuente: DW