En el escenario cuatro hologramas que representaban a su alter ego la acompañaron sobre la tarima, para segundos después unirse a Maluma en una sensual coreografía.
La aparición del reguetonero colombiano, enfundado en una camisa negra ataviada con tirantes rojos, solo incrementó el delirio de los asistentes, quienes seguían con las palmas el compás de la canción. En 5 minutos, Madonna y Maluma se contonearon sobre cuatro distintos fondos, acompañados por un grupo de bailarines y los hologramas de la artista estadounidense.