Arrastrando sus maletas y desafiando la cuarentena por el COVID-19, cientos de migrantes venezolanos emprendieron este fin de semana un largo viaje de retorno a su país, con la esperanza de que en Venezuela puedan pasar “menos trabajos” que en Colombia en las últimas semanas.
La cuarentena en Colombia, que comenzó el pasado 23 de marzo y terminará el 13 de abril, mostró a los colombianos un problema silencioso, pero que pronto iba a explotar: el de los migrantes.
En una emergencia sanitaria como la del coronavirus, la situación de las poblaciones vulnerables es una de las más críticas. Y en el caso de los venezolanos, el aislamiento obligatorio para evitar la propagación del COVID-19 afectó fuertemente sus principales fuentes de sustento.
De acuerdo con las últimas cifras de Migración Colombia, más de 1,8 millones de venezolanos están radicados en Colombia. De ellos, la mayoría lo hacen en condición de irregularidad y muchos sobreviven en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla vendiendo tintos o dulces, o pidiendo limosna en las calles. Otros, que estaban ya vinculados formalmente, lo hacían en el sector de la construcción, en restaurantes o como domiciliarios.
“Ya no hay gente en la calle por la situación que está pasando, y eso nos ha incomodado porque nosotros ganamos con lo de la gente y si no hay gente en la calle, ¿cómo trabajamos?, es difícil”, dijo a Reuters Paul Regales, de 23 años, quien vendía bolsas plásticas para la basura en Bogotá.
Los migrantes se quedaron sin opciones de trabajo y tras semanas de incertidumbre, en las que incluso algunos fueron desalojados de los hoteles y residencias donde vivían, decidieron que lo mejor era regresar a su país.
Según ellos el COVID-19 no les había dejado otra opción. Solo el fin de semana, al menos 650 venezolanos, que llegaron de distintas ciudades del país, cruzaron la frontera desde Cúcuta a través de un canal humanitario y fueron recibidos por personal del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime), de Venezuela.
“Prefiero pasar trabajos con mi mamá que pasar trabajos en otro país”, dijo uno de ellos que, al igual que la mayoría, usaba mascarilla para protegerse.
Sin embargo, de acuerdo con Ronal Rodríguez, coordinador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, los migrantes venezolanos que están emprendiendo su viaje de retorno se encuentran hoy en una encrucijada. Porque si bien la situación en Colombia es compleja, esto no significa que en Venezuela las cosas estén mejor, aunque el gobierno de Nicolás Maduro quiera hacer política con esta situación.
La instrumentalización de las crisis (en este caso la del coronavirus) ha sido una vieja estrategia por parte del gobierno de chavista, cuenta el experto.
Fuente: El Espectador-Nota Original: LINK