«Todos los ciudadanos tienen derecho a circular libremente por el país. No es de asombrarse de que un ciudadano que vive en otro país y que comanda a su grupo desde un ático regrese al país, que venga por favor y que haga una concentración aquí en Quito en el estadio del Aucas, en el Olímpico (Atahualpa), que vaya a Guayaquil, a Cuenca, que no se esconda en las fronteras.
Que venga acá donde la ciudadanía de forma respetuosa pero contundente le dirá lo que piensa de los últimos años de su mandato».
Moreno dijo esto luego de conocerse que Correa podría llegar a Guayaquil el próximo 24 de noviembre para participar de la Convención Nacional de una fracción de PAIS en Esmeraldas, el 3 de diciembre.
Los miembros de Alianza PAIS cercanos la Primer Mandatario han desconocido dicha convención.
El Primer Mandatario también agradeció el apoyo de la agrupación Democracia Sí a su gestión y a las siete preguntas de la consulta popular. «Quién ha dicho que el diálogo es malo, que es únicamente con quien piensa igual.
El diálogo es con quien piensa diverso porque eso permite que se alimenten las ideas», dijo al tiempo de lamentar que su antecesor haya tenido enfrentamientos con todos las organizaciones y movimientos políticos y civiles.
«Nos peleábamos con todo el mundo y saben a qué se debe esto, a la ambición del poder, al creernos predestinados, vanidosamente a pensar que el poder nos pertenece y al grupo que nos rodea. Esto no es así», sentenció Moreno. Además, resaltó que a Larrea lo conoce desde las primeras militancias en la izquierda.
Lo dijo ante cientos de personas que se concentraron en la Plaza Grande, luego de una marcha pacífica que inició a las 09:00 en el parque el Arbolito.
El presidente del Movimiento Democracia Sí afirmó, en cambio, que la llegada de Correa no alterará el pulso político y agregó que continuarán con su apoyo a la consulta y gestión de Moreno.
Larrea recordó que esta mañana presentó en la Corte Constitucional un recurso de Amicus Curiae para que esta instancia acelere el proceso respecto a la consulta.
Fuente: El Telégrafo