En la hoja volante se lee una suerte de sentencia contra integrantes de un grupo delictivo. En el documento, atribuido a la organización Los Choneros, se menciona a 12 personas a las que advierten que, si no colaboran, puede haber consecuencias. “De ustedes dependerá su vida, la de sus familiares y trabajadores”.
Investigadores de la Policía, que analizaron el contenido, dicen que se trata de una clara amenaza en el marco de la disputa de territorio entre bandas delincuenciales, en Esmeraldas.
La consigna es que si no se unen al nuevo liderazgo organizacional delictivo, les declaran la guerra con consecuencias violentas, que pueden terminar con muertes de sus miembros y parientes, dice uno de los agentes consultados por Diario El Comercio. Los Choneros, que también aseguran en ese escrito estar en alianza con otros grupos, pretenden tomar el control de las zonas para el expendio de drogas en esa provincia.
Eso ha desencadenado una serie de asesinatos relacionados con un exceso de muertes violentas ligadas al crimen organizado. Según datos de la Dirección General de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional, en Esmeraldas los homicidios se incrementaron en 2021 en 103% con relación al 2020. De 72 víctimas se pasó a 146 en esos dos períodos.
Esa escalada de actos violentos ha incidido en la tasa de muertes, que en 2021 fue 1,6 veces más respecto al promedio del resto de provincias del país. Mientras en Esmeraldas fueron victimadas 23 personas por cada 100 000, a escala nacional perecieron 14.
Lo acontecido en 2021 incluso es mayor a lo que se reflejó en los tres años anteriores. La tasa de homicidios se situó en 12 casos en 2018, luego decreció a 11 en 2019 y el 2020 se mantuvo en 11. La data de la Policía da cuenta de que el 65% de los casos de 2021 fueron por acción de la violencia criminal.
Esto marcó un cambio en la dinámica de muertes violentas, pues en los tres períodos anteriores la mayor parte fue tipificada como violencia interpersonal. El año pasado, 4 de cada 10 perdieron la vida por presuntos vínculos con el microtráfico y por amenazas recibidas en ese contexto, como aquella hecha pública en el documento atribuido a Los Choneros.
Este escrito fue clave para entender lo que estaba pasando por fuera de las cárceles, desde donde se han originado estos acontecimientos delictivos con repercusiones en zonas estratégicas para las mafias, dice el consultor en temas de seguridad, Mario Pazmiño.
La franja costera de este territorio es importante para el traslado de alijos de narcóticos, pertrechos, municiones, armas por su frontera con Colombia… Pero, además, para el microtráfico que tiene sus nexos en barrios históricamente observados por la venta de droga.
Tras la difusión de la hoja volante, en diciembre pasado, dos de los señalados en el texto fueron asesinados a tiros por sicarios. Darwin A. y Adolfo G. y recibieron disparos con armas de fuego mientras transitaban por las calles de la capital de la ‘Provincia Verde’.
Perdieron la vida con seis días de diferencia. La primera víctima fue sorprendida por su asesino el 18 de diciembre mientras conversaba con amigos afuera de un local comercial. El sicario le propinó al menos 10 disparos y luego de que quedara en el piso se aseguró que estuviese sin vida. En los videos de las cámaras de seguridad del establecimiento se observa que el victimario le toca el cuello para comprobar su muerte y al poco tiempo huye con prisa.
Adolfo G., en cambio, fue abordado por un sicario cuando iba en su vehículo por el sur de la urbe. El asesino, a bordo de una moto, le propinó 10 impactos de bala. En investigaciones policiales, los dos fallecidos son señalados como miembros de la banda delictiva Los Templados, cuya organización tuvo su apogeo entre 2012 y 2020 por presuntos nexos con carteles internacionales de la droga, a los que les brindaban la custodia de cargamentos que provenían de Colombia.
Durante la aprehensión de sus 13 miembros, hace nueve años, se los acusó de estar vinculados con una lista de delitos entre asesinatos, robos, extorsión, microtráfico de drogas y posesión ilegal de armas. Pero, tras la muerte de su líder, César Vernaza, asesinado en 2020, los Templados se quedaron con poca participación. Ese espacio que dejaron busca ser captado por Los Choneros u otras bandas vinculadas con la violencia carcelaria, como Los Tiguerones.
La ministra de Gobierno, Alexandra Vela, y la comandante General de la Policía, Tanya Varela, viajaron a Esmeraldas el viernes 14 de enero del 2022 para anunciar un plan de seguridad ante este repunte de la violencia. Le denominaron Plan Rescate Esmeraldas.
Vela dijo que el país enfrenta serios problemas por la delincuencia organizada internacional y narcotráfico. Varela anunció que se pondrán los mejores elementos, con unidades élites, para atacar la violencia criminal en conjunto con las Fuerzas Armadas. En las próximas horas, un equipo especial de la Policía Nacional arribará a la provincia para coordinar estas acciones.
Fuente: El Comercio – Nota original: LINK