El caso de la colombiana Dora Lilia Gálvez que encarnó, hace menos de un mes, la crueldad de la violencia contra la mujer, acaba de tener un hallazgo que lo cambiaría todo.

A pesar de que según los primeros reportes médicos citados por el Hospital San José de Buga, su cuerpo tenía “estigmas de abuso sexual”, politraumatismo (lesiones), “lesiones del canal vaginal”, quemaduras múltiples grado 1 y 2 y que todo apuntaba a que había sido víctima de un brutal ataque, el Instituto de Medicina Legal anunció este miércoles que la causa de muerte fue “natural”.

Cuando su historia empezó a hacerse famosa y a despertar indignación, porque se creía que había sido violada, quemada y empalada, Dora Lilia luchaba por su vida en cuidados intensivos: falleció 22 días después, el 30 de noviembre. Sin embargo, su necropsia arrojó que murió por un aneurisma y que en su cuerpo “no se encontró ningún signo de violencia sexual: no existió ningún signo de violencia sexual ni ningún tipo de trauma que pudiera estar asociado a ella”, reveló el director de Medicina Legal, Carlos Valdés.

Así es: el organismo forense asegura que Dora Lilia murió por “causa natural”. De acuerdo a lo que le explicó Valdés a los medios de comunicación, “el aneurisma significa una debilidad de las paredes de la arteria, se rompe la arteria por un aumento de la presión arterial y esa ruptura genera una hemorragia intracaneana”, dice el resultado de la necropsia. Esa hemorragia, continuó el funcionario, produce una serie de síntomas “por las cuales fue llevada esta señora al hospital y que fue tratada en la unidad de cuidados intensivos”. De tal manera que “producto de esa ruptura (Dora Lilia) entró en un estado de hipertensión endocraniana manejado en la clínica durante 22 días”, según comunicó Medicina Legal.

Ahora, ¿cómo explicar dos diagnósticos tan distintos? Para Carlos Valdés, el panorama inicial que llegó “por el servicio de urgencias orientaba a eso (violencia sexual), pero en ningún momento fue un diagnóstico forense, fue una impresión diagnóstica del servicio de urgencias de la clínica”. Y agregó que después, la misma institución médica, “documentó durante su permanencia en la unidad de cuidados intensivos, mediante exámenes de topografía, la ruptura de la arteria”.

Aún así, en el boletín de prensa del Hospital San José de Buga emitido el día de la muerte de Dora Lilia, se registró que “al ingreso a la Unidad de Cuidados Intensivos (después del paso por urgencias) se hacen los siguientes diagnósticos:

Politraumatismo
Trauma cráneo encefálico severo
Hemorragia intraparenquimatosa frontal izquierda e interventricular lateral bilateral.
Trauma cerrado de tórax
Trauma cerrado de abdomen
Lesiones del canal vaginal
Trauma de tejidos blandos
Quemaduras múltiples grado I – II
Falla ventilatoria secundaria al politraumatismo

Violencia sexual?”
En la rueda de prensa, Carlos Valdés insistió en que “en el abuso sexual no hay nada obvio” y aseguró que lo que apuntaba a la supuesta violación fue “la impresión diagnóstica de la clínica al ingreso por el servicio de urgencias”. Incluso aseguró que cuando la historia clínica llegó a cuidados intensivos “aclaró” esta situación porque “durante los 22 días de permanencia se documentó al interior de la clínica la hemorragia cerebral producto de la ruptura del aneurisma”.

La mujer llegó inconsciente al hospital a donde fue trasladada un día después de su ataque, y su pronóstico neurológico siempre fue incierto por la gravedad de los impactos que recibió en el cráneo, que le produjeron una hemorragia cerebral, según un comunicado del hospital que conoció CNN en Español.

El funcionario también aseguró que situaciones como la ruptura del aneurisma “se dan de manera aguda, súbita, (son) situaciones no diagnosticadas con anterioridad, situaciones que se presentan y se hacen visibles clínicamente una vez que se produce la ruptura de la arteria”. Por eso reiteró la necesidad de aclarar el hallazgo hecho por Medicina Legal: en el cuerpo no hubo “ningún signo de trauma al igual que ningún signo de abuso sexual”.

Frente a las quemaduras diagnosticadas en un primer momento no hubo ninguna precisión.

Dora Lilia Gálvez, de 44 años, fue encontrada el pasado 6 de diciembre en Buga, al occidente Colombia, y prácticamente inmediatamente se habló de un ataque. Fue trasladada Hospital San José de esa ciudad, según información de las autoridades.»Inicialmente la señora no denunció», le dijo Julián Latorre, alcalde de Buga, a CNN en Español. Un familiar de la víctima acudió después a las autoridades para denunciar el hecho, según le dijo a este medio Sandra Salazar, asesora de la Oficina de la Mujer de la Alcaldía de Buga. «Tenía fuertes golpes en la cara y se le han practicado 5 cirugías», añadió en su momento el alcalde.