Argentina está conmocionada por el salvaje asesinato de Lucía Pérez, una joven de 16 años que fue drogada, violada y empalada hasta la muerte hace dos semanas y que disparó este año la quinta movilización contra la violencia de género en el país.
«Por esas tantas Lucías también se pide Justicia. Para que no haya más Lucías ni más familias destruidas como la nuestra», pidió Marta Montero la madre de la joven en entrevista con la radio Vorterix.
Las mujeres pararon durante una hora sus labores en varias oficinas privadas y públicas contra los femicidios en Buenos Aires. Después de las 13:00 locales (16:00 GMT) se repitieron marchas espontáneas y bloqueos de avenidas que bajo la lluvia alzaban pancartas «Nosotras paramos», «nos queremos vivas».
El Registro Nacional de Feminicidios, de la Corte Suprema de Justicia argentina, indicó que en 2015 hubo 235 mujeres asesinadas, una cada 36 horas. Un 18% de las víctimas tenía menos de 20 años, 43% tenía entre 21 y 40 años, 25% entre 41 y 60 y el 9%, más de 60.
En más de la mitad de los casos, los agresores fueron la pareja o expareja de la víctima. Ya sólo en lo que va de 2016 hubo 170 muertes de mujeres, según la ONG organización Casa del Encuentro. El horror se extendió hasta España, que en la última década logró disminuir los casos mortales por violencia contra mujeres.
Allí, las víctimas mortales -apaleadas, apuñaladas, quemadas- pasaron de 71 en 2003 a 60 en 2015. «¿Cuántas más Lucías Pérez hasta que nos dejéis de llamar exageradas?», decían las pancartas de las concentraciones en Madrid y Barcelona.
«Para que no haya más lucías» «El caso de Lucía Pérez sirvió de disparador para exigir justicia por todas las mujeres que sufren la violencia machista», dijo a la AFP Gabriela Spinelli, una de las mujeres que siguió la consigna de vestirse de negro este miércoles e hizo ‘ruidazo’ con sus compañeras de la Defensoría General de la nación en el centro de la capital.
Pese a la lluvia y al viento en la capital argentina, las mujeres se hicieron sentir con el apoyo de bocinazos, o aplausos desde las ventanas de edificios de oficinas.
La iniciativa que se extendió a través de redes sociales promete al anochecer congregar concentraciones de mujeres en varias ciudades de Chile, Uruguay y México, según el colectivo #NiUnaMenos.
Personalidades de la política, la cultura, el deporte y otras esferas como la expresidenta Cristina Fernández; el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel; y el destacado músico El Indio Solari; se sumaron a esta iniciativa para decir basta a los feminicidios y el maltrato.
Lucía falleció el 8 de octubre en la Mar del Plata, 400 km al sur de la capital. Había sido violada y empalada causando un dolor tan insoportable que le provocó un paro cardíaco. Para evitar resistencia, la fiscalía sostiene que fue forzada a consumir cocaína en grandes cantidades.
El colectivo #NiUnaMenos convocó junto a otras 50 organizaciones el inédito paro nacional no sólo para alzar la voz contra los crímenes de mujeres, sino también para exponer la desigualdad de la mujer en el ámbito laboral.
Emotiva carta
El hermano de la joven Lucía Pérez se expresó este martes de forma conmovedora a través de una carta. Matías Pérez dijo que su hermana estaba en el último año de la secundaria y tenía inclinación por el arte. «Podría haber sido veterinaria, le apasionaban los animales», dijo su madre.
Por el hecho se encuentran imputados y detenidos Matías Farías, de 23 años, y Juan Pablo Offidani, de 41.
La fiscal del caso, María Isabel Sánchez, reveló en una conferencia de prensa cómo murió la joven: «Sufrió una agresión sexual inhumana». Contó además que alguien pudo haber ayudado a los imputados a preparar el cuerpo para llevarlo a una sala de salud.
«Los asesinos quisieron hacer creer que Lucía Pérez había muerto a causa de una sobredosis de cocaína. Se sospecha que aún estaba inconsciente cuando la lavaron, la vistieron y la llevaron a un centro de salud barrial», indicó Sánchez.
La fiscal explicó que los médicos intentaron reanimarla con un procedimiento urgente, pero este fue en vano. «Los asesinos no pudieron ocultar los vejámenes a los que la habían sometido y que fueron los que finalmente le provocaron la muerte: tras drogarla y violarla, la empalaron.
Fue sometida a una agresión sexual inhumana”, sintetizó la fiscal del caso.