Es la primera vez en la historia de la joven democracia española que un monarca participa en una manifestación, aunque Felipe VI no presidirá la marcha.
Por decisión de los organizadores, estará encabezada por quienes acudieron en socorro de los afectados: policías, bomberos, médicos pero también vecinos y comerciantes que abrieron sus puertas a las víctimas heridas y asustadas.
Con esta “gran manifestación”, Barcelona quiere lanzar un mensaje “a favor de la paz, contra la violencia, contra el terrorismo y sobre todo en solidaridad con las víctimas”, explicó su alcaldesa, Ada Colau, que desfilará en segunda fila como el resto de autoridades. Entre ellas está también el presidente del ejecutivo español, Mariano Rajoy.
El dirigente conservador mantiene un duro enfrentamiento político con el gobierno regional catalán, determinado a independizarse de España, aunque el viernes mandó un mensaje “de amor a la ciudad de Barcelona”.
No se esperaba la presencia de ningún mandatario extranjero, según los organizadores. ‘Momentos muy duros’ Una decena de técnicos terminaba de montar el sábado un sobrio escenario negro en la Plaza de Cataluña, adonde llegarán los manifestantes tras recorrer a partir de las 18:00 (16:00 GMT) el céntrico Paseo de Gracia llevando miles de flores rojas, blancas y amarillas, los colores de la ciudad.
Fuente: El Comercio