El martes, un ciudadano de Uzbekistán de 29 años, cometió el primer ataque terrorista en Manhattan desde que dos aviones, secuestrados por miembros de al-Qaeda, destruyera el World Trade Center el 11 de septiembre de 2001.
El atacante, identificado para CNN por fuentes del orden público como Sayfullo Habibullaevic Saipov, está acusado de rentar un camión y de usarlo para atropellar a los ciclistas en el Bajo Manhattan, a unas pocas cuadras del reconstruido World Trade Center. Ocho personas murieron
Los terroristas, como los tiradores en escuelas, aprenden de otros terroristas. Y ninguna otra táctica se ha difundido más rápidamente entre terroristas en Occidente que el uso de camiones y otros vehículos para llevar a cabo ataques con víctimas masivas.
Lo que alguna vez fue una inusual táctica se volvió ahora una táctica elegida por terroristas que viven en Occidente, porque esos ataques simplemente requieren de la renta o compra de un vehículo adecuado y acceso a multitudes de personas.
Desde 2014 ha habido 15 ataques con vehículos en Occidente perpetrados por terroristas jihadistas, incluyendo el de este martes en Manhattan, según un conteo de New America, una institución de investigación no partidista. Esos ataques vehiculares han demostrado que son muy letales, matando a 142 personas en occidente desde 2014.
Los testigos del ataque de este martes escucharon que el presunto perpetrador estaba gritando “Allahu Akbar” “Dios es Grande”, durante el ataque, un eslogan que los terroristas jihadistas suelen usar cuando están llevando a cabo dicha operación.
Saipov, el sospechoso del ataque de Manhattan, es de Uzbekistán. Llegó a Estados Unidos en 2010. Según una fuente oficial, una nota fue encontrada cerca del camión que fue usado en el ataque, asegurando que fue llevado a cabo en nombre de ISIS.
Desde finales de enero, el gobierno de Trump ha proferido tres versiones de la prohibición de viajes para ciudadanos que llegan de 10 países. Uzbekistán no es uno de esos países y ninguno de los letales ataques terroristas en Estados Unidos desde el 11-S —ni siquiera el 11-S, fue perpetrado por ciudadanos de esos países incluidos en la prohibición de viajes.
ISIS pidió ataques con vehículos
Mientras al-Qaeda en la Península Arábiga (AQAP), ubicada en Yemen, había pedido ataques con vehículos en Occidente desde 2010, fue solo cuando los líderes de ISIS hicieron un llamado para dichas operaciones hace tres años cuando empezaron a ocurrir frecuentemente.
Aunque la gran mayoría de esas embestidas con vehículos que empezaron desde 2014 han sido trabajo de jihadistas terroristas, la táctica también ha sido usado por terroristas de extrema derecha. Por ejemplo, un terrorista embistió su carro contra un grupo de personas que protestaban contra nacionalistas blancos en Charlottesville, Virginia, en agosto, matando a una mujer.
Para los terroristas, los ataques vehiculares tienen un gran número de ventajas: no necesitan atraer atención al comprar armas o sustancias químicas adecuadas para hacer una bomba o ir al extranjero a recibir entrenamiento.
Esos ataques también son simples de montar y en gran parte imparables, porque cerrar el acceso a los vehículos en cualquier parte que haya multitudes sería una tarea imposible para las abarrotadas ciudades occidentales.
El ataque más letal fue el de Niza, en Francia, el 14 de julio de 2016, cuando un terrorista embistió con su vehículo a una multitud que celebraba el aniversario de la Revolución Francesa, matando a 84 personas.
¿Qué podemos hacer?
Una manera de defenderse contra ataques con vehículos es restringir el tráfico en eventos de alto perfil muy concurridos. El Departamento de Policía de Nueva York ya hace esto alrededor de eventos como por ejemplo el desfile de Acción de Gracias de Macy’s. Pero esto no habría prevenido el ataque del martes porque las víctimas eran ciudadanos comunes y corrientes que estaban en la ciudad en un día ordinario.
Otro acercamiento es tratar de reclutar a compañeros y familiares para que ir un paso adelante, ya que son los que más probabilidades tienen de ver signos de radicalización e, incluso, planes de ataques.