«Es el mayor desastre en la región desde el terremoto de Haití en el año 2010», dijo el Coordinador humanitario de Naciones Unidas en Ecuador, Diego Zorrilla, quien indicó que los cálculos iniciales hablan de unos 720.000 damnificados, aunque aclaró que con nuevas evaluaciones, la cifra podría disminuir.
Detalló que la estimación se basa en «la cifra utilizada por el MIES (Ministerio de Inclusión Económicas y Social) en las primeras horas, que era de 520.000 personas, más 200.000 personas que estimábamos en los cantones de otras provincias, vecinas a Manabí, que habían sido también impactadas».
Apuntó que las cifras son «realmente un primer pantallazo, una primera foto, probablemente no muy precisa, de las necesidades que hemos estimado en los primeros días. Estamos ahora realizando evaluaciones de terreno para tener una percepción mucho más fina de las necesidades», dijo al comentar que en dos semanas tendrán datos.
En una rueda de prensa, en la que Zorilla indicó que se requieren los cerca de 73 millones de dólares para desarrollar programas durante los primeros tres meses, comentó que se han destinado inicialmente siete millones de dólares para los sectores de agua y saneamiento, albergues y viviendas, alimentación, protección y salud, que son las necesidades «más perentorias».
Consideró «urgente» contar con la financiación y dijo que algunas de las acciones que ya llevan a cabo agencias de la ONU en la zona del desastre, se realizan con «fondos de reserva», por lo que reiteró en la necesidad de movilizar recursos para seguir prestando apoyo.
Zorrilla felicitó el Gobierno de Ecuador «por la rapidez» con la que, en su opinión, ha tomado medidas para habilitar los sistemas necesarios para que pueda canalizarse la ayuda humanitaria local e internacional.
Expresó su «admiración» por los ecuatorianos que se han volcado a ayudar a los damnificados, a través de la entrega de vituallas, así como con atención en las zonas mismas del desastre.
«Pensamos, sin embargo, que estamos ahora en una fase distinta de la respuesta. Una en la que tenemos que tener una respuesta que sea organizada, que sea canalizada a través de los canales habilitados», dijo al recalcar que la solidaridad debe continuar pues los afectados van a seguir requiriendo ayuda.
Por ello invitó a que se visite el portal de internet definido por el Gobierno Ecuadorlistoysolidario, que establece todas las formas en las que se puede hacer llegar la ayuda, ya sea a través de donaciones, voluntariado o provisión de insumos, entre otros.
«Las ayudas siguen siendo bienvenidas (…), pero tienen que ser canalizadas correctamente porque las ayudas individuales, que llegan a la zona, lo que hacen es, en este punto en el que estamos, probablemente, entorpecer las labores de las instituciones», recalcó.
Mientras, continúa la recolección de donaciones ciudadanas en distintos puntos del país, donde la gente entrega principalmente agua y alimentos, aunque hoy también el Municipio de Quito hizo énfasis en que se ha recolectado juguetes e insumos para los niños afectados por el terremoto.
«No cerramos las puertas a ninguna donación, claro que la prioridad son los alimentos, el agua, medicinas, pero los juguetes también forman parte de la ayuda psicológica para los niños», a quienes, a través del juego, la pintura y la distracción, se les ayuda a superar esta situación, dijo María Fernanda Pacheco, presidenta del Patronato San José.
De su lado, el Gobierno ha reiterado su agradecimiento a la comunidad internacional por el apoyo, en tanto el canciller Guillaume Long ha considerado que la asistencia de los países «deber ser duradera en las etapas de albergue y reconstrucción de las ciudades», recordó hoy la Cancillería.
Estados Unidos, que como otras naciones envió ayuda humanitaria poco después de registrarse en terremoto, entregará hoy una torre móvil provisional para el control de tráfico aéreo del aeropuerto internacional de Manta, una de las zonas más afectadas.