«Estamos contentos de que nos están escuchando, que la gente de Key Haven vote, pero nosotros queremos estar seguros de que no lo vayan a llevar a ningún otro sitio de los Cayos de Florida», dijo hoy a Efe la española Mila de Mier, líder de la campaña contra el mosquito alterado genéticamente.
De Mier, quien vive en esa cadena de islotes, en el condado Monroe, dijo sobre la decisión de convocar un referéndum para agosto que las autoridades no han podido «ignorar» la campaña contra el mosquito transgénico que ella lanzó en 2012 por internet y reunió más de 166.000 firmas, las cuales hizo llegar a las autoridades federales y a las estatales de Florida.
Aunque el referendo, previsto para agosto próximo, será «no vinculante», la mayoría de los comisionados del Distrito de Control de Mosquitos de los Cayos de Florida (FKMCD) ha señalado que respetará la decisión de los 900 habitantes de Key Haven, un pequeño cayo con 444 viviendas.
Además de esta votación popular, la junta de FKMCD, compuesta por cinco miembros, tiene previsto votar en noviembre próximo sobre el tema.
La lucha contra el «Aedes aegypti», que también transmite el dengue, el chikunguña y la fiebre amarilla, se ha convertido en una prioridad de salud para los gobiernos de América Latina y el Caribe, la región más afectada por el actual brote de zika.
En Florida se han presentado hasta el momento 91 casos de zika, ninguno autóctono y en su mayoría en el condado Miami-Dade, con 39 de los afectados, mientras que en Monroe no ha sido reportado ninguno, según el Departamento de Salud de Florida.
Oxitec, una empresa británica que en 2015 fue comprada por la estadounidense Intrexon, ha promovido pruebas de su mosquito en Brasil y Panamá, y ahora avanza en los planes en Estados Unidos, donde espera realizar el experimento en Key Haven.
De aprobarse, sería el primer insecto transgénico liberado en EE.UU., explicó a Efe Patty Lovera, directiva del grupo ambientalista Food & Water Watch.
Esta organización ha advertido que estos insectos «no están regulados adecuadamente por agencias federales o locales, y pueden presentar riesgos significativos para la salud humana y el medioambiente».
El mosquito de Oxitec, que argumenta que ha sido efectivo para reducir poblaciones del insecto en otros países, está diseñado para que al aparearse con hembras «salvajes» produzca crías que heredan un gen letal que les impide llegar a adultos.
En marzo pasado la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE.UU. consideró que el uso del mosquito no tendría ningún efecto adverso ni en el medioambiente ni en la población, según un estudio preliminar.
Sin embargo, la FDA debe analizar los comentarios del público antes de decidir si aprueba definitivamente el ensayo con mosquitos transgénicos en Key Haven.
De Mier explicó a Efe que «aún hay mucho trabajo por hacer» y que empezarán a poner avisos en los jardines contra los experimentos con el mosquito macho transgénico de Oxitec en los Cayos de Florida.