Todo fue registrado de forma ordenada: encuentros, entrega de cargos en el Gobierno, peticiones para ocupar puestos en el Ejecutivo, venta de boletos y hasta fiestas para el círculo íntimo de Alianza País.
Más documentos judicializados, que fueron revisados por este Diario, muestran, por ejemplo, las estrategias que manejaban para acercar a gente del Gobierno, a fiscales y a políticos con empresarios que hoy son investigados.
Por ejemplo, el 3 de junio del 2014, Laura Terán escribe un correo electrónico en el que se incluye un listado con 123 personas. Se trata de un registro de invitados para la fiesta de cumpleaños de Martínez.
En cuadros de Excel aparecen los nombres, la confirmación y si va o no con pareja. Entre los invitados confirmados aparecen jueces nacionales, el contralor de ese momento Carlos Pólit, el exvicepresidente Jorge Glas, su esposa, abogados particulares, contratistas con el Estado y hasta el exejecutivo de Odebrecht, Geraldo Pereira de Souza.
También consta un vocal del entonces Consejo de la Judicatura, que cuando fue nombrado garantizaba la independencia judicial. Luego del discurso de Rafael Correa, sobre la “metida de mano” en la justicia, negó que aquello vaya a ocurrir. Hoy es abogado de uno de los fugitivos de A. País.
En anteriores archivos ya aparecieron fiestas organizadas para el excanciller Ricardo Patiño. Allí también habría operado el mismo esquema para convocar a la mayor cantidad de actores, que en ese momento manejaban temas políticos y asuntos judiciales.
“Vivían el apogeo del poder”, dice el exlegislador César Montúfar. “Esto demuestra que reprodujeron un comportamiento mafioso. Grupos de empresarios, políticos, funcionarios públicos coludidos para cometer actos ilícitos; actuaban de una manera cínica. Ellos estaban seguros de la impunidad, porque controlaban todo, incluida la justicia”.
Según las indagaciones, la fiesta de Martínez aparentemente fue pagada con fondos ilícitos. En julio del 2017, el exejecutivo de Odebrecht Rodrigo Tacla ya reveló que la empresa no solo sobornaba con fuertes sumas de dinero, sino también organizaba fastuosas fiestas para funcionarios de la región.
Además, ponían a disposición una red de “prostitución de élite” y las mujeres “eran llevadas exclusivamente desde ciudades de Brasil”.
Fuente: El Comercio, nota original: LINK