«Nosotros nos hemos reunido con fiscales de varios países donde hemos establecido con ellos estrategias idóneas de intercambio de información y cooperación», explicó Caraballo en Ciudad Panamá.
El letrado se reunió con fiscales de México, Centroamérica y el Caribe fin de buscar «estrategias» que permitan adelantar las investigaciones sobre los polémicos documentos.
Los llamados «Panama Papers» fueron una filtración de millones de documentos que revelan cómo desde la firma panameña de abogados Mossack Fonseca se crearon infinidad de sociedades offshore con las cuales personalidades y otros inversores de todo el mundo habrían evadido impuestos y lavado dinero.
El pasado 12 de abril la Fiscalía allanó la oficina central de esa firma de abogados en busca de pruebas sobre presunto blanqueo de capitales, pero no pudo, tras 27 horas de operación, decretar ninguna medida cautelar contra miembros de ese bufete.
El día 22 de abril, Caraballo allanó otro local de Mossack Fonseca, donde encontró infinidad de documentos triturados, que no han podido se reconstruidos, según reconoció Caraballo.
«La fiscalía está haciendo todo el esfuerzo posible por adelantar esta investigación con la velocidad requerida, no obstante necesitamos tiempo suficiente para analizar esta información», afirmó.
Recordó que la polémica filtración está compuesta de unos 11 millones de documentos, que fueron procesados durante un año por unos 376 periodistas de 109 medios de comunicación de todo el mundo.
La fiscal jefe, Kenia Porcell, manifestó este jueves que se habían producido «muchos avances» en las investigaciones, aunque reconoció que «es una investigación amplia y compleja y ningún Ministerio Público (Fiscalía) estaba preparado para una investigación así».