El piloto presenta «politraumatismos severos» y quemaduras en el 18% de su cuerpo, aunque se encuentra en estado estable según el reporte médico emitido la noche del martes 18 de octubre por el Omni Hospital, la casa de salud donde es atendido.
Armendáriz es uno de los tres tripulantes de la aeronave que se desplomó la tarde del 18 de octubre, a las 15:34, en la avenida José María Roura. La aeronave privada tipo Cessna C206 chocó contra un poste y se precipitó de forma forzosa en la esquina de un parque causando alarma en la zona, entre la ciudadela Alborada y Sauces 1.
Mario Vargas, director médico del Omni Hospital, dijo que el piloto tiene además una herida en uno de sus globos oculares y una fractura en la mano izquierda. El hospital prevé emitir una nuevo reporte médico del paciente la tarde de este miércoles 19 de octubre.
“Su estado es estable. Está consciente, orientado en tiempo y espacio. Tiene golpes en todo su cuerpo y permanecerá en terapia intensiva en observación de 24 a 48 horas mínimo”, informó Vargas.
Rescatado de avioneta siniestrada
La propia alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, ponderó la maniobra del piloto de la avioneta siniestrada en una zona densamente poblada. Testigos vieron a la aeronave planear buscando un lugar dónde aterrizar causando el menor daño posible a la población. Mientras, las causas del siniestro aéreo aún son investigadas por la Dirección General de Aviación Civil.
Anthony Abreu y Lizet Soria, testigos del siniestro, contaron que sacaron del lugar del impacto al piloto, a quien hallaron postrado en el suelo. El capitán pidió que ayudarán también a sus dos compañeros, pero en ese momento se registró otra explosión. Las llamas altas impidieron el rescate de los restos de la aeronave.
El plan de vuelo la aeronave cubría la ruta Manta – Guayaquil, con tres tripulantes. Los capitanes Édgar Rosero y Juan Guzmán lamentablemente fallecieron calcinados. La rápida acción de los Bomberos evitó que las llamas se propaguen a una casa vecina al parque, que terminó con bloques del cerramiento derruidos y chamuscados.
Fuente: El Comercio – Nota original: LINK