El equipo, que tiene cerca de seis años de formado, conduce un Suzuki Forza II adaptado para enfrentar al mismo nivel que el resto de competidores de la categoría T2 (1.251 a 1.400 centímetros cúbicos) del torneo local de autos, que este fin de semana cumple la tercera válida entre las provincias de Pichincha y Cotopaxi.
“Tuve el accidente compitiendo en 2006 y se me hizo muy difícil acostumbrarme a una nueva vida, pero con el apoyo de mi esposa, de mi papá, que siempre está con nosotros, y de mi familia comenzamos en el 2010 el proceso de volver a correr”, mencionó Terán, de 36 años, quien recalcó que no tienen ninguna preferencia en su categoría y compiten de igual a igual.
El vehículo, que es modelo 2001, fue adaptado por César Galarza, un mecánico de confianza de los corredores nacionales, quien en la ciudad de Gualaceo (sur andino) trabajó durante ocho meses para armar el carro de acuerdo a las indicaciones de Terán y Llerena.
“El auto tiene los mandos del freno, el acelerador y la dirección en el volante. Además, tiene dos palancas acopladas, una para el freno de mano y otra para el embrague. Asimismo cumple con todos los rangos de seguridad homologados por la Federación Internacional de Automovilismo”, dijo Terán, quien añadió que van terceros en su categoría en el campeonato nacional de rally.
Ambos se comprenden de la mejor manera. Terán conduce el auto, mientras que Juan Antonio Llerena, pese a su discapacidad visual es el encargado de guiar a Jorge por el agreste trazado que caracteriza a un rally.
“Para leer la hoja de ruta lo primero la levanto como todos en un rally. Los pilotos van dictando lo que ellos leen sobre la ruta y los copilotos van escribiendo, mientras que yo la grabo y luego la paso a una computadora que tiene un sistema para personas no videntes, esa información la escucho a través de unos audífonos que tengo en el casco y se la dicto a Jorge en plena carrera”, contó Llerena.
El camino a convertirse en copiloto pese a su discapacidad visual tuvo los obstáculos de personas que cuestionaban que una persona no vidente pueda dirigir a un auto a altas velocidades y en caminos agrestes.
“Ha existido mucha gente que se ha opuesto o que han hecho reclamos, pero nosotros solo pedimos que nos dejen demostrar con hechos que no hacemos las cosas al apuro, sino que son con muchísimo trabajo, aprendizaje, esfuerzo, concentración y con experiencia”, añadió Llerena.
La tripulación ecuatoriana apunta a terminar el año en el podio de la categoría T2 del campeonato nacional de rally, pero el principal objetivo de esta temporada es cumplir con una buena participación en la Vuelta Automovilística al Ecuador, que es la prueba de automovilismo más importante del país suramericano y que se cumplirá del 15 al 22 de octubre.