El estallido social abrió hace más de tres meses una nueva etapa en la historia chilena. La población en general rechaza el orden establecido y pide reformas estructurales que van más allá de una nueva Constitución. Esa es la lectura de analistas que siguen de cerca la situación del país sudamericano.
El gobierno de derecha de Sebastián Piñera buscó apaciguar las demandas de la ciudadanía al proponer una nueva Constitución y reformas al sistema de pensiones (las llamadas AFP, sistema privado), entre otras iniciativas, sin embargo, estas fueron recibidas con algo de escepticismo por la población.
Ante todo esto, el presidente Piñera también tiene el desafío de gobernar con un bajo porcentaje de aprobación, 6%, según la encuesta del Centro de Estudios Públicos.
Fuente: El Telégrafo, nota original aquí: LINK