El decomiso de casi 46 toneladas de droga en lo que va de 2022 en la zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón) alerta a la Policía Nacional. La institución detecta un notable incremento de jóvenes que son reclutados por los traficantes.
Juanita (nombre protegido), madre de tres hijos de 14, 10 y 7 años, habita en el sector de Flor de Bastión. Comenta que en su manzana hay dos menores de edad, de entre 16 y 17 años, que pasan solos. Su madre sale a vender caramelos en los buses y el padre no vive con ellos.
“Esos chicos pasan solos y creo que ni estudian porque no los veo ir a ningún colegio. Últimamente se juntan con unos malandros del barrio y tengo miedo por mis pequeños”, comentó.
Esta es una de las situaciones que llama la atención de los reclutadores, según Darwin Sangoquiza, jefe de la Policía Antinarcóticos de la zona 8. “Dentro de las organizaciones dedicadas al negocio ilegal de las drogas, están buscando perfiles de jóvenes con capacidades para realizar estas ilegalidades.
Los más vulnerables son los que tienen familias fracturadas, familias incompletas”, explicó a PRIMICIAS. Los traficantes también buscan a los adolescentes y jóvenes que dejaron sus estudios por trabajar, y a menores de edad en general. “Son blancos específicos, tratan de reclutarlos para vender, pero el primer paso es hacerlos adictos”, detalló.
La Policía los tiene ubicados. Se reúnen en parques para planificar los sitios donde expenderán las drogas. La gama va desde marihuana, cocaína, heroína pura y aquella que mezclan con hache. Las edades de los jóvenes más apetecidas para el reclutamiento van de entre 18 y 19 años, según cifras de esta unidad policial.
Solo en los cinco primeros meses de este año, 73 jóvenes de 18 años fueron rescatados del microtráfico y que permanecen aislados en el Centro de Adolescentes Infractores.
Otros permanecen en programas de rehabilitación del Ministerio de Salud. Según el mapeo policial, los barrios donde más pululan los reclutadores pertenecen a los distritos Pascuales, Nueva Prosperina, Portete, Sur y Durán. Allí precisamente es donde se concentra también la mayor cantidad de las más de 600 muertes violentas en lo que de 2022.
Para Sangoquiza, lo preocupante es que del tráfico de drogas se derivan delitos conexos como lavado de activos, tenencia ilegal de armas, homicidios, asesinatos, sicariatos y otros, a modo de “represalias” para los que intentan dejar el “negocio”. A inicios de junio, se detonó un artefacto explosivo en una vivienda de la Isla Trinitaria, sur de Guayaquil. En la casa vive una madre con sus cuatro hijos.
Según las primeras versiones, el atentado iba dirigido al padre y exconviviente, quien registra antecedentes por tráfico de drogas y que quiso salir del expendio de sustancias.
Programas policiales
La Policía busca evitar que más adolescentes y jóvenes sean reclutados por las bandas delictivas. Por ello, desarrolla programas comunitarios como “Mi futuro libre de drogas“, cuya finalidad es reducir y erradicar el consumo de drogas. Esto incluye charlas y ferias ciudadanas, que no solo van dirigidas a los adolescentes, sino también a los padres de familia.
Además, el departamento de Prevención de la Policía atiende las solicitudes puntuales de capacitaciones, con personal especializado, en unidades educativas, universidades, empresas públicas y privadas.
“La finalidad es identificar cambios de conducta y alertar a la Dinapen y a Antinarcóticos, para que sean puestos en programas de rehabilitación“, puntualizó Sangoquiza.
Hasta la primera semana de junio de este año, 925.603 kilogramos de droga han sido decomisados del microtráfico en Guayaquil, Durán y Samborondón, cantidad que podría superar a los 2.597.368 kilogramos incautados en 2021, sin los planes en ejecución.
Hay 1.766 detenidos por microtráfico en la zona 8, en lo que va de 2022. Más del 50% de los detenidos es reincidente y en su mayoría, tiene antecedentes. De allí, que vuelven a ser reclutados por las organizaciones delictivas.
Fuente: Primicias – Nota original: LINK