Tras el atentado de Barcelona, que causó 13 muertos y más de 120 heridos, la organización yihadista reivindicó este sábado el de Cambrils, en el que murió una persona y seis resultaron heridas. El EI se atribuyó por otra parte un ataque con cuchillo en Rusia que dejó siete heridos este sábado en Siberia.
En España el gobierno decidió mantener el nivel de alerta antiterrorista en 4 sobre una escala de 5, al estimar que no hay elementos «que apunten a la comisión de un atentado de manera inminente», indicó el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido. El nivel 5 implicaría la presencia de militares en las calles.
La policía desplegó de todas formas un dispositivo de control en las rutas en el marco de la investigación en curso. El ministro afirmó que la célula, compuesta por una docena de personas, ha quedado «desmantelada».
Sin embargo, el consejero de Interior del gobierno regional catalán, Joaquim Forn, se mostró más cauto, afirmando no poder «dar por finalizada» la investigación hasta que se conozca el paradero o se detenga «a las personas que creemos que forman parte de esta célula terrorista».
La policía seguía buscando con ingentes medios al marroquí Younès Abouyaaqoub, de 22 años, del que se difundió una fotografía. Según medios españoles, sería el conductor de la camioneta blanca que el jueves por la tarde arrolló a más de un centenar de personas en La Ramblas de Barcelona y mató a 13. Una información que las autoridades catalanas se niegan a confirmar, reiterando que el conductor de la camioneta sigue sin ser identificado.
Interrogantes sobre explosión en Alcanar Horas después del ataque en Barcelona, un Audi A3 embistió a varios peatones en el paseo marítimo de Cambrils, pequeña localidad 120 km más al sur, y acabó chocando contra un coche de la policía catalana. En el atentado falleció una transeúnte.
En el tiroteo que se produjo a continuación murieron a tiros los cinco ocupantes del vehículo, que llevaban falsos cinturones de explosivos, un hacha y cuchillos. Hasta el momento, el balance es de cinco integrantes del grupo abatidos, cuatro detenidos y tres más identificados.
Dos de estos últimos podrían haber muerto en una explosión ocurrida el miércoles en una casa de Alcanar, un pueblo a 200 km al sur de Barcelona, donde el grupo estaba tratando de confeccionar explosivos. Registran la casa de un imán Uno de los epicentros de la investigación se encuentra en Ripoll, un pueblo catalán de 10.000 habitantes al pie de los Pirineos.
En él vivieron siete integrantes de la célula y este sábado fue registrada la casa del imán Abdelbaki Es Satty, según su compañero de piso. Nourdden, el compañero del imán, explicó a la AFP que era alguien «normal», y que lo vio por última vez el martes: «me dijo que se iba a ver a su mujer a Marruecos».
El piso, al que pudo acceder la AFP, era pequeño, de menos de 50 m2, y estaba decorado muy modestamente. En la habitación del imán no quedaba nada, aparte del colchón, una mesita y unas estanterías. En Ripoll vivían tres de los atacantes abatidos: Moussa Oukabir, de 17 años, Said Aallaa, de 18, y Mohamed Hychami, de 24, los tres marroquíes.
Allí residió también Younes Abouyaaqoub, y fueron detenidos tres sospechosos. «Lo conocía de vista, pero es gente de la que no esperas una cosa así», dijo a la AFP Joan Gallego, un vecino de 47 años, refiriéndose al joven Younes.
«Eran buena gente, no tenían antecedentes», añadió. «Si un gobierno como el de Londres, como la CIA y el gobierno estadounidense, o España con el CNI (Centro Nacional de Inteligencia), e incluso el gobierno de Cataluña con los Mossos d’Esquadra (policía regional), no es capaz de frenarlos, ¿cómo va a frenarlo el ayuntamiento de un pueblo de 10.000 habitantes con 14 policías?», abundó el alcalde Jordi Munell, en una entrevista con la AFP.
– Más de 30 nacionalidades entre los heridos – Por su lado, el rey Felipe VI y la reina Letizia de España visitaron este sábado a varios heridos en dos hospitales de Barcelona. «Hemos querido venir para visitar, para estar cerca de todas las víctimas» y transmitirles «nuestro cariño y nuestro afecto», declaró el monarca a la prensa en el hospital de Sant Pau.
Por la tarde, Felipe y Letizia, ambos vestidos de oscuro, fueron a las Ramblas a depositar una corona de flores en un altar improvisado en memoria de las víctimas, flanqueados del presidente del gobierno catalán, Carles Puigdemont, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Alrededor había decenas de curiosos, y se escucharon vivas a España y Cataluña.
Entre las víctimas de los ataques hay al menos 35 nacionalidades. De los 14 fallecidos fueron identificados por el momento nueve: cuatro españoles, tres italianos, una argentina que también tenía la nacionalidad española, y un canadiense.