Desde el balcón de Carondelet, la noche de este jueves, el presidente Rafael Correa dio un discurso a los seguidores que se concentraron en la Plaza Grande para mostrar su respaldo al Régimen.
El Primer Mandatario aseguró que la oposición tiene como su mejor aliado coyuntural la difícil situación económica que atraviesa el país. Así, se comparó con el capitán de un barco que ha sacado a flote a la embarcación, pero que se encuentra con una tormenta y le quieren culpar de ello.
Reclamó que le acusen de no haber ahorrado, de que no haya liquidez, pero que no reconozcan que lleva 20 meses enfrentando la caída del precio del petroleo y la apreciación del dolar. Aseguró que los gobiernos locales y las empresas evidencian que han vivido del Estado, cuando por el retraso de dos meses en los pagos ya no saben qué hacer.
Correa insistió en que la «Revolución Ciudadana» ha sembrado el país de carreteras, escuelas del milenio, hospitales, hidroeléctricas, nuevas aduanas y que en época de dificultades «lo estamos haciendo aún mejor».
Según el Ejecutivo, el país ha cambiado, se han dado modos de enfrentar la crisis, han reducido en 6 000 millones el Presupuesto General del Estado y han hecho el ajuste más grande de América Latina en ese sentido; pero como no han dado garrotazos a las clases media y baja, «la partidocracia dice que no se ha hecho nada», sentenció.
Finelmente, dijo que nadie hizo caso de las convocatorias para protestar este jueves 7 de abril e hizo un llamado a permanecer unidos para luchar contra quienes quieren impedirle gobernar.