«Lamentablemente, vemos que la situación no mejora. Y la mejor confirmación de esto son los recientes y trágicos sucesos en San Petersburgo. Como resultado de un atentado terrorista, murió gente y hubo muchos heridos», dijo.
Putin hizo estas afirmaciones durante una reunión extraordinaria en Moscú con los jefes de los órganos de seguridad de la postsoviética Comunidad de Estados Independientes (CEI).
«Somos conscientes de que cada uno de nuestros países, prácticamente todos, somos posibles, potenciales objetivos de ataques terroristas. Además, hay otras muchas amenazas para nuestros países», explicó.
Entre las amenazas mencionó «la interferencia de fuerzas externas, que quieren de una u otra forma influir en la situación política interna de nuestros países».
Con todo, destacó que la cooperación entre las antiguas repúblicas de la Unión Soviética es efectiva.
Los servicios secretos de Kirguistán fueron los primeros en dar la alarma el martes al informar de que el terrorista suicida de San Petersburgo era oriundo de esa república centroasiática, aunque recibió la ciudadanía rusa en 2011 y residía en la antigua capital zarista.
Precisamente, este asunto fue abordado ayer por el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y su colega kirguís, Erlán Abdildáev, quien consideró prematuro asegurar que dicho terrorista sea miembro del Estado Islámico (EI).
A su vez, seis ciudadanos procedentes de países de Asia Central fueron detenidos hoy en San Petersburgo como sospechosos de colaborar con el EI y otras organizaciones terroristas, según informó el Comité de Instrucción de Rusia.
El Kremlin aseguró que Rusia seguirá redoblando la lucha contra el terrorismo y recordó la «muy firme postura» de Putin a la hora de combatir esa lacra desde que llegara al poder en 1999, cuando lanzó la segunda guerra chechena.
El EI acabó con la vida de 217 turistas rusos al volar por los aires un avión de pasajeros poco después de que despegara de Egipto en octubre de 2015.
Pero Rusia no sufría un atentado de esa magnitud en su territorio desde diciembre de 2013, cuando dos suicidas mataron a 34 personas en una estación de tren y un trolebús en Volgogrado, antigua Stalingrado.