Se trata de la primera caída en las reservas de petróleo de EE.UU. en las últimas 11 semanas.
La cifra es algo mayor a la esperada por los analistas, no obstante, que habían pronosticado un descenso de 1,2 millones de barriles.
Una vez conocido el dato, el precio del barril de petróleo de Texas (WTI) para entrega en enero subía 0,69 dólares, equivalente a un 1,84 por ciento, y se ubicaba en 38,20 dólares.
En las últimas cuatro semanas, las importaciones de crudo alcanzaron una media de 7,517 millones de barriles diarios, al mismo nivel del mismo período del año pasado.
Las reservas de gasolina subieron durante la semana que acabó el 4 de diciembre en 800.000 barriles, y se situaron en 217,7 millones de barriles.
Las reservas de gasóleo para calefacción, por su parte, aumentaron en 5 millones de barriles, hasta los 149,4 millones de barriles.
La producción de las refinerías del país trabajaron a un 93,1 % de su capacidad instalada, frente al 94 % de la semana precedente.
Estas cifras excluyen las Reservas Estratégicas de Petróleo del Gobierno, que se mantuvieron sin cambios en los 695,1 millones de barriles.
El total de reservas de crudo y productos refinados, incluidas las Reservas Estratégicas, alcanzó la pasada semana los 2.000,7 millones de barriles, por debajo de los 2.004,3 millones de barriles de la semana previa.