Del restaurante Toronto solo quedan escombros, vidrios desperdigados y desorden. El lunes 25 de diciembre del 2017, una cinta amarilla impedía el ingreso al local. La explosión ocurrida a las 23:05 del 24 de diciembre convirtió en una tragedia los festejos de las familias que a esa hora disfrutaban de la cena. Los cristales rotos, regados por la calzada, evidenciaban la fuerza de la deflagración, que hasta la tarde del lunes causó el fallecimiento de dos personas: Adrián, de 7 años; y María, de 80.
Solo personal del Cuerpo de Bomberos tuvo acceso libre al restaurante, ubicado de la avenida Río Coca y 10 de Agosto, justo al lado de una gasolinera. Los uniformados descubrieron una central de gas construida de forma clandestina en la segunda planta del local. Esta fue localizada detrás de una pared y permitía conectar nueve tanques de gas domésticos.
¿Qué pasó con los controles? El lunes, las autoridades municipales indicaron que hubo tres inspecciones, entre el 2016 y julio de este año al local. En esos chequeos solo se identificó una central de gas, en la planta baja. Esta permitía conectar tres cilindros industriales, por lo que “las condiciones eran seguras” y el local operó sin inconvenientes.