De inmediato llamó a sus compatriotas Residente y Bad Bunny y juntos se metieron al estudio a “hacer magia”, contó.
El resultado es una canción de tres minutos y medio que fusiona la salsa de la Fania con jazz y algo de bossa nova, además de ritmos urbanos y tropicales. Y que ya está disponible en la plataformas digitales.
“Es una celebración”, dijo Martin.
“Es un mensaje de libertad en el sentido de que lo único que queremos es que cante mi gente. Que cante y que se liberen y que sean felices y que empecemos a dar el amor necesario que tanto hace falta el día de hoy”.