La caravana lleva consigo a decenas de niños y mujeres. Estos grupos se han colocado a la vanguardia del grupo que tiene integrantes provenientes principalmente de centro y Suramérica, pero también de África.
Cerca de las 05:00, la multitud -con banderas y cartulinas- se tomó las calles. Los migrantes caminaron rumbo a la carretera costera en el tramo Tapachula – Tapanatepec. En esa zona tienen previsto caminar 300 kilómetros, si las autoridades los dejan avanzar.
La vocera de esta caravana, Ana Briseño, originaria de Venezuela, indicó que lo único que buscan es seguir su camino a Estados Unidos.
“Los que estamos aquí no hemos cometido ningún delito, no tenemos porqué estar presos. Lo que se requiere es un permiso que nos permita llegar”, argumentó. Erik Kaisen, migrante proveniente de Quito, contó que salió de su país por la corrupción y en busca de un futuro mejor.
“Me uní (a la caravana) con mi esposa, que es venezolana, porque muchos ecuatorianos llegaron a San Pedro. Y ahí les dieron el permiso porque han llegado en caravana”, dijo.
La selva de metal En los últimos días, de Tapachula partieron seis caravanas de migrantes de unas 400 o 500 personas. Ellos emprendieron el viaje porque no logran realizar los trámites migratorios. Los extranjeros, sobre todo mujeres y hombres, califican a México como la “selva de metal”, debido a que caminan por un ardiente asfalto que les desgasta la planta de los pies causándoles ampollas.
Jesús Ramón Barrios Ramírez, migrante de Venezuela, pidió al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que los deje transitar. Las caravanas reflejan un flujo migratorio récord a Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) ha interceptado a más de 1,7 millones de personas en lo que va del año fiscal 2022, que se inició en octubre pasado.
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