Al media jornada, las fuerzas de seguridad, cuya misión es intervenir rápidamente en cuanto se formen aglomeraciones, había detenido a 106 personas en las zonas donde estaba prohibido manifestar.
Los agentes recurrieron una vez a los gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, que se dirigían hacia la avenida de los Campos Elíseos, donde en anteriores marchas se saquearon tiendas.
“Nos tratan como a criminales”, denunció Brigitte, una activista ecologista.
“Nos reunimos para decir que no podemos vivir. No es sólo una manifestación contra un presidente sino contra todo un sistema”, explica por su parte una mujer en sudadera, con capucha, bajo el disfraz del anonimato.
Fuente: Agencias – El Comercio, nota original: LINK