El conflicto se produjo cuando al menos 3.000 integrantes del FPCEG entraron en la comunidad de Filo de Caballos, sureño estado de Guerrero, la tarde del domingo y tomaron el control de la seguridad en la zona, que había sido asolada por grupos delincuenciales.
El grupo decidió entrar al corredor Filo de Caballos-Casa Verde debido al encarecimiento de los víveres y artículos de primera necesidad, así como al desplazamiento de sus habitantes debido a hechos violentos que han sido atribuidos al control de la plaza.
Las primeras alertas de pobladores comenzaron a difundirse el domingo mediante redes sociales; sin embargo, el vocero del Grupo de Coordinación Guerrero (GCG), Roberto Álvarez Heredia, negó que hubiera una situación tensa en la zona.
La zona hoy está bajo la vigilancia de los policías comunitarios. El coordinador de éstos, Humberto Moreno Catalán, relató a un grupo de medios que arribaron a Filo de Caballos con una actitud de pacificación y diálogo.
No obstante, fueron recibidos a balazos por los presuntos delincuentes, por lo que se desató un enfrentamiento que duró al menos cuatro horas, señaló.
Informó que, como resultado, hubo siete muertos -todos ellos del bando de los supuestos criminales- y cinco heridos.
También se registró el incendio de dos casas de seguridad, así como otros domicilios con decenas de impactos de bala.
En las calles del poblado se observan miles de casquillos percutidos, producto del enfrentamiento.
En junio de este año, la Policía comunitaria había emplazado al gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, a que garantizara la seguridad en la región o ellos se harían cargo.
A pesar de esto, continuaron los hechos violentos, que provocaron la suspensión de servicios médicos, educativos y de transporte público.
Tras la Policía comunitaria llegaron también a la zona policías estatales y agentes del Ejército Mexicano, quienes también llevan a cabo recorridos de seguridad.
Fuente: EFE, aliado estratégico de FM Mundo