En una ceremonia sin pompas, a la que asistieron cientos de líderes políticos que hasta hoy estaban en la oposición, Temer también pidió confianza en «la recuperación de la economía nacional, en los potenciales del país y en sus instituciones sociales y políticas».
Temer sólo citó a Rousseff para declarar su «absoluto respeto por la presidenta suspendida», sin «discutir las razones» de la decisión del Senado y «subrayando el más pleno respeto por las cuestiones institucionales».
Su discurso tuvo un fuerte contenido económico y apuntó a los mercados internacionales, frente a los que aseguró que es «urgente» recuperar la imagen de Brasil.
«Es urgente pacificar a la Nación y unificar a Brasil», y para eso es necesario «un Gobierno de salvación nacional», que tenga el «diálogo» como bandera, para comenzar a «garantizar la retomada del crecimiento económico», declaró.
Manifestó su «convicción de que es preciso rescatar la imagen y credibilidad de Brasil en el concierto interno e internacional», a fin de que «los empresarios y los trabajadores se entusiasmen y se retome la seguridad de las inversiones».
También propuso «incentivar de forma significativa las sociedades publico privadas», por su capacidad de generar puesto de trabajo, cuya recuperación será uno de los primeros objetivos de su gestión.
«Para eso, es imprescindible reconstruir los fundamentos de la economía y mejorar el ambiente de negocios para el sector privado», así como enderezar las maltrechas cuentas públicas, para lo cual ratificó su apoyo a una reforma del sistema de jubilaciones.
Temer subrayó, no obstante, que «el Estado no puede hacerlo todo y depende de los sectores productivos», por lo que el sector público debe «cuidar de espacios fundamentales como la seguridad, la salud y la educación» y «compartir el resto con la iniciativa privada».
En el plano social, subrayó con «letras mayúsculas» que todos los programas de atención a los más pobres serán «mantenidos» y, en la medida de lo posible «mejorados», pues son fundamentales para los sectores de menores recursos que deben ser incluidos en la economía.
El presidente interino también se refirió a la operación conocida como «Lava Jato», que investiga las graves corruptelas en la estatal Petrobras, y aseguró que «es una referencia y, por tanto, debe tener la protección necesaria contra cualquier intento por debilitarla».
Según Temer, «la moral pública será permanentemente buscada por los diversos métodos de control e investigación» que tiene el país, para el que deseó «orden y progreso», la frase escrita en la bandera nacional, que «no podría ser hoy más actual».