Un querido festival del norte de California, un Walmart en Mississippi, otro Walmart cerca de la frontera entre Estados Unidos y México y un popular distrito de entretenimiento, tienen algo en común: las cuatro localidades fueron escenario de tiroteos en la última semana, que en conjunto dejaron al menos 34 muertos y más de 50 heridos.
El Paso, la ciudad que se enorgullece de ser una de las más seguras de todo Estados Unidos, quedó paralizada el sábado 3 de agosto por la mañana cuando un hombre armado abrió fuego en el corazón de su popular zona comercial.
Las familias estaban comprando útiles escolares antes del primer día de clases de estaban comprando alimentos o habían viajado desde el otro lado de la frontera en México para comprar en Walmart.
Al menos tres de los muertos eran ciudadanos mexicanos, tuiteó el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y seis mexicanos estaban entre los heridos.
La policía arrestó al presunto hombre armado, un hombre blanco de 21 años de un suburbio de Dallas, a más de 1.000 kilómetros de distancia, dijo el jefe de policía de El Paso, Greg Allen.
El gobernador Greg Abbott dijo que el caso será procesado “como un asesinato capital, pero también como un crimen de odio”. La policía dijo que cree que el hombre escribió un documento de cuatro páginas publicado en línea que defiende puntos de vista nacionalistas y racistas blancos.
El FBI abrió una investigación de terrorismo interno en el tiroteo, según una fuente familiarizada con el proceso de investigación. Este tiroteo dejó al menos 20 personas muertas.
El domingo 4 de agosto, el secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard el Gobierno de México considera emprender acciones legales contra calificó al tiroteo como “un acto de terrorismo contra los mexicanos en Estados Unidos” y dijo que el gobierno de su país analizará si hay pruebas suficientes para solicitar la extradición del hombre armado para enfrentar cargos en México.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó el tiroteo en El Paso como un “acto de cobardía” y dijo que “no hay razones ni excusas que justifiquen el asesinato de personas”. Además, terminó su mensaje de dos tuits este diciendo que tanto él como la primera dama, Melania Trump, enviaron “sinceros pensamientos y oraciones a la gran gente de Texas”.