La imagen boca abajo de un niño kurdo, de apenas 3 años de edad, en la playa de Turquía, que parecía dormido, pero que en realidad había muerto ahogado, junto a decenas de emigrantes kurdos, conmocionó al mundo entero y a Europa, en particular, que a lo largo del segundo semestre de 2015 fue el destino de cientos de miles de emigrantes árabes, musulmanes, kurdos, entre otros, que huían de la violencia del grupo terrorista Estado Islámico y buscaban refugio en Europa.
Europa vivió y aún sigue enfrentando una migración masiva de ciudadanos que huyen de la guerra desatada por los terroristas de Estado Islámico; un grupo extremista que se ha erigido como un nuevo actor que ha entrado en la escena internacional, con base en el terror y la sangre, como protagonista principal de una guerra religiosa.
Desde la segunda mitad de 2014, todo el mundo habla de él, aparece en la portada de los periódicos, los gobiernos le temen; es el nuevo grupo terrorista que está sembrando el pánico en Medio Oriente. Se hace llamar Estado Islámico y tiene como objetivo establecer un califato islámico, es decir, reclama la autoridad religiosa sobre todos los musulmanes del mundo, y tiene como objetivo declarado unir todas las regiones habitadas por musulmanes bajo su control; busca gobernar a todos los musulmanes del mundo, partiendo de Irak y Siria, en donde ya tienen el control de varias ciudades, hasta cubrir toda la región del levante mediterráneo que cubre, además, Jordania, Israel, Palestina, Líbano, Chipre y parte del sur de Turquía.
El Estado Islámico para conseguir su objetivo reparte dinero y comida entre la población, gana adeptos en el extranjero, consigue victorias sobre ejércitos profesionales, persigue y asesina a etnias minoritarias, lleva la ley del Corán al extremo, se ha enemistado con la propia Al Qaeda, organización terrorista de la que nacieron, y ahora sus milicianos no responden ante nadie.
Descrito por Estados Unidos como “mucho más que un grupo terrorista”, Estado Islámico es una organización considerada por muchos expertos como un verdadero ejército. Según el Institute for the Study of War, Estado Islámico tiene una minuciosa planificación militar, dirigida por un alto mando muy bien coordinado con las bases, que ejecutan las órdenes con lealtad.
Estado Islámico tiene un poderío militar de más de 30 000 hombres en Siria y alrededor de 50 000 en Irak. Además de este ejército de 80 000 milicianos, el grupo posee una increíble lista de tanques, lanza cohetes y hasta misiles balísticos entre su material bélico.
El mundo advirtió su existencia recién en junio de 2014, con el inicio de las crueles y aterradoras decapitaciones de ciudadanos y periodistas de países de occidente; pero este grupo apareció realmente en el 2003, y ha tenido varios nombres que han ido cambiando con la misma rapidez que conseguía sus objetivos.
El 29 junio de 2014, el grupo declara la instauración de un califato que se extiende desde Diyala (al este de Irak) hasta la ciudad Siria de Alepo y se presenta al mundo con su nombre actual, Estado Islámico (EI) y, en agosto, empiezan las decapitaciones publicitadas la mundo entero a través de videos colgados en las redes sociales.
Este grupo terrorista, luego de los atentados en París, Francia, y en California, Estados Unidos, enfrenta la decisión del Consejo de Seguridad de la ONU de cortar sus fuentes de financiamiento, basadas en la venta de petróleo y la venta de antigüedades.
Para detener a este grupo terrorista, varios países de Occidente, liderados por Estados Unidos, y otros musulmanes, liderados por Arabia Saudita, han decidido combatir en sus posiciones con bombardeos y asaltos terrestres, sin que hasta el momento la violencia y el terror del autodenominado grupo Estado Islámico se detenga.