Tras enviar equipos de rescate, sistemas de potabilización de agua, medicinas y tiendas de campaña, España ofrece ahora ayuda financiera en forma de créditos y de programas de canje de deuda a Ecuador para ayudarle en el largo camino de la reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto de abril.

El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, planteó hoy al Gobierno de Ecuador la posibilidad de asignar dos millones de dólares por medio de un programa de canje de deuda y acelerar la firma de un préstamo del Fondo para la Promoción del Desarrollo (Fonprode) por importe de otros veinte millones.

Este préstamo se otorgaría para impulsar programas de riego tecnificado e incluiría a la provincia de Manabí, la más afectada por el terremoto, que azotó la costa norte ecuatoriana y dejó 660 muertos y cerca de 34.000 albergados.

El ministro español inició hoy en Quito una visita de dos días a Ecuador que completará este viernes en Manta y Pedernales, dos de las ciudades donde fue mayor la devastación causada por el temblor, de magnitud 7,8 en la escala de Richter.

A esas líneas de ayuda se sumaría otro posible crédito, así como un conjunto de microcréditos, cuyas cuantías no precisó el ministro, para financiar proyectos para pequeños empresarios y agricultores.

Tras reunirse con el canciller ecuatoriano, Guillaume Long, el ministro indicó en una conferencia de prensa que la colaboración podría incluir la cobertura de una línea de apoyo a la reconstrucción por medio de la convocatorias de proyectos para organizaciones no gubernamentales, y mencionó la búsqueda de alianzas con el sector privado.

García Margallo dijo que la cooperación de España con Ecuador es «prioritaria», recordó que entre 2007 y 2015 ha supuesto más de 300 millones de euros (341 millones de dólares) y remarcó que «va a seguir», porque «no está condicionada a que se produzcan acontecimientos tan tristes como el que Ecuador ha sufrido».

Tras el terremoto, España envió 45 integrantes de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y doce bomberos en una primera fase, ayuda a la que siguió el envío de dieciocho toneladas de ayuda humanitaria en dos aviones.

Esa ayuda incluyó equipos de potabilización de agua, material de cobijo como tiendas de campaña y mantas, además de 8.000 kilos de medicamentos, dijo hoy el ministro.

Según Long, España «fue el país europeo que más ayuda» aportó a Ecuador en los momentos posteriores al desastre, por lo que agradeció ese apoyo y mencionó el compromiso del Gobierno ibérico de prestar apoyo técnico para la reconstrucción urbana, así como ayuda psicosocial a niños afectados por el temblor.

La gestión del agua, uno de los ámbitos en los que se ha centrado hasta ahora la cooperación española, será otra línea de colaboración española tras el terremoto, según el canciller ecuatoriano.

Junto a ello, Long mencionó la recuperación de patrimonio, como el que atesora la provincia de Manabí, y señaló que los museos «han sido muy afectados», por lo que, también en ese ámbito, España puede ayudar a Ecuador.

Preguntado sobre la posible concesión por parte de EEUU del Estatus de Protección Temporal (TPS) a residentes ecuatorianos indocumentados como medida de apoyo tras el desastre, dijo que su Gobierno agradece esta posibilidad, pero precisó que Ecuador «no es un Estado fallido» y no pedirá «limosna» ni declarará que no puede garantizar la seguridad de sus ciudadanos.

«El escenario electoral en Estados Unidos es incierto, con algunas candidaturas que postulan una respuesta bastante agresiva frente a la emigración y no quisiéramos tampoco que ninguno de nuestros compatriotas esté en riesgo», dijo Long, quien agregó que «no hay que confundir una moratoria sobre las deportaciones con una regularización de los migrantes».