El organismo fiscalizador de las cuentas del gobierno afirmó que ese negocio se concretó siguiendo criterios «antieconómicos» y resultó en un perjuicio de más de $ 580 millones para la estatal Petrobras.
El TCU ordenó el bloqueo temporario de bienes de la exmandataria, destituida en 2016 por adulterar la cuentas públicas, junto con los del exministro de Hacienda Antonio Palocci -actualmente preso por el escándalo de desvíos en Petrobras- y del expresidente de la petrolera Sergio Gabrielli, entre otros exintegrantes del Consejo.
El tribunal otorgó 15 días a los implicados para presentar sus explicaciones y recurrir la decisión o resarcir a los cofres públicos por las pérdidas provocadas.
En 2006, Rousseff era la jefa de gabinete del presidente Luiz Inácio Lula da Silva y presidía el Consejo de Administración de Petrobras cuando la petrolera estatal compró el 50% de la refinería de Pasadena a la belga Astra Oil, por $ 360 millones. Astra había pagado un año antes $ 42,5 millones por el total de la planta.
En 2008, Petrobras compró la otra mitad de la refinería porque unas cláusulas en el contrato la obligaron a hacerlo. Finalmente, la operación terminó costando más de $ 1.000 millones.
Rousseff reafirmó este miércoles que el Consejo de Administración no cometió «ningún ilícito» y que presentará su recurso ante el TCU para probarlo.
La compra del 50% de las acciones de Pasadena en 2006 «se hizo en base a evaluaciones e informaciones jurídicas y financieras consideradas íntegras y cabales», pero que dos años más tarde el Consejo supo que «tales informaciones eran parciales e incorrectas, transmitidas por un director actualmente condenado por corrupción», añadió la exmandataria a través de su asesoría de prensa.
Fuente: El Telégrafo