Sus comentarios no están cayendo bien entre los funcionarios del gobierno de Corea del Sur, un aliado clave de Estados Unidos en Asia.
Un experto en política exterior calificó de “vergonzosas” las palabras del mandatario.
“Le informé a Corea del Sur que sería apropiado que pagaran”, dijo Trump en una entrevista con la Agencia Reuters este jueves. “Es un sistema de 1.000 millones de dólares”.
Se refería al THAAD (por sus siglas en inglés: Terminal High Altitude Area Defense), un sistema que está siendo desplegado en Corea del Sur en un esfuerzo por reducir la amenaza que representan los misiles de Corea del Norte.
El despliegue del THAAD ya ha causado tensiones al interior de Corea del Sur e hirió las relaciones de ese país con China. Ahora, es probable que los comentarios de Trump compliquen más la situación.
“Es un daño colateral a la alianza entre Estados Unidos y Corea del Sur”, dice Euan Graham, director del Programa de Seguridad Internacional del Instituto Lowy.
El ministro de Defensa de Corea del Sur, Han Min-koo, ha dicho en repetidas ocasiones que su país no asumirá el costo del sistema.
“No ha habido cambios en nuestra posición básica de que el Gobierno de Corea del Sur provee el lugar y la infraestructura para el THAAD… y Estados Unidos asume el costo del despliegue, la operación y el mantenimiento”, dijo el ministro de Defensa en una declaración este viernes.
Además, un funcionario de Corea del Sur le dijo a CNN este viernes que “un acuerdo confidencial” firmado el año pasado por altos funcionarios militares de ambos países establece que “Estados Unidos asume el costo del despliegue del THAAD”.
La primera vez que Washington y Seúl anunciaron planes para el despliegue del sistema antimisiles THAAD fue en julio pasado, antes de que Trump fuera elegido presidente.
Los dos países tienen un tratado bilateral de defensa y más de 28.000 soldados estadounidenses están apostados en estos momentos en Corea del Sur.
“Los vamos a proteger”, le dijo Trump a Reuters. “Pero ellos deben pagar por eso y lo entienden”.
Durante la campaña presidencial, Trump dijo con frecuencia que Corea del Sur y otros aliados clave de Estados Unidos deberían pagar más por la defensa provista por EE.UU.
El THAAD es impopular entre una parte significativa de ciudadanos de Corea del Sur y se ha convertido en un asunto fundamental en las elecciones presidenciales de ese país, programadas para el próximo 9 de mayo.
Algunas partes del polémico sistema antimisiles llegaron al lugar de despliegue esta semana, y funcionarios aseguraron que estará en operaciones “en los próximos días”.
El actual favorito para quedarse con la presidencia, Moon Jae-in, ha adoptado una actitud desinteresada sobre el THAAD y argumenta que el sistema no debería ser instalado hasta que un nuevo presidente sea elegido.
“Es vergonzoso que Estados Unidos le pida a Corea del Sur que pague por el THAAD, dado que lo están desplegando no solo para proteger a los surcoreanos sino también a los estadounidenses en Corea del Sur, al territorio estadounidense y por la seguridad” en la región, opina Kim Ki-jung, consejero de política internacional de Moon y profesor de la Universidad Yonsei en Seúl.
La batería THAAD en Asia es parte de una red más amplia de sistemas de defensa en Asia del Este. Sin embargo, ninguno podría proteger a Seúl, la ciudad más grande de Corea del Sur, que está a solo 56 kilómetros (35 millas) de la frontera con Corea del Norte. Esa distancia significa que es vulnerable ante misiles de corto alcance y artillería.
China se ha opuesto al THAAD, que asegura es una amenaza a su seguridad y desestabiliza a la región, al presionar a las compañías surcoreanas y a la industria turística del país.
Trump también causó confusión en Corea del Sur cuando le dijo a Reuters que pretende renegociar o terminar el tratado de libre comercio que existe entre Estados Unidos y Corea del Sur, al que describió de “horrible”. La renegociación del tratado se dará después de que su Gobierno termine la revisión del tratado que tiene con Canadá y México, afirmó Trump.
Sus comentarios fueron más combativos que los del vicepresidente Mike Pence, quien a principios de mes les dijo a dirigentes empresariales en Corea del Sur que el Gobierno de EE.UU. trabajaría con ellos para “reformar” el tratado.
Corea del Sur no ha recibido ningún pedido oficial de renegociar el tratado, le dijo a CNN un alto funcionario del Ministerio de Comercio de ese país. El ministerio está tratando de entender por qué Trump hizo sus últimos comentarios sobre el acuerdo, explicó luego el funcionario, quien pidió no ser identificado.