Como Trump, Tillerson, de 64 años, no tiene experiencia forman en política exterior, pero ha construido relaciones cercanas con muchos líderes al cerrar grandes negocios a lo largo de Eurasia y Oriente Medio de parte de la economía energética más grande del mundo.
Senadores republicanos de línea dura en política exterior como John McCain y Marco Rubio dicen estar muy perturbados por la relación cercana de Tillerson con el presidente de Rusia Vladimir Putin. Temen que Trump y Tillerson pondrían la política exterior de EE.UU. mucho más en línea con la de Rusia, que actualmente está en la peor confrontación con Washington desde la Guerra Fría y busca volverse de nuevo un superrival de Estados Unidos.
Para poder ser confirmado, Tillerson debe convencer a los senadores de que es más que un empresario que busca un reto en la política.
No se conoce mucho, por ejemplo, sobre sus posiciones personales en cuanto a relaciones internacionales distintas a las posiciones de su compañía.
Sus perspectivas en alianzas como la OTAN y en Asia que han mantenido el poder de EE.UU. y la seguridad global desde la Segunda Guerra Mundial —algo sobre lo que Trump mostró dudas durante la campaña— son desconocidas.
Por su parte, el excandidato republicano Mitt Romney confirmó el lunes que no será el escogido para ese cargo.
«Fue un honor haber sido considerado para secretario de Estado de nuestro gran país. Mis discusiones con el presidente electo Trump han sido agradables e iluminadoras. Tengo mucha esperanza de que la nueva administración llevará a la nación a tener mayor fortaleza, prosperidad y paz», dijo en una publicación de Facebook.
Trump llamó a Romney a decirle que no sería el escogido, dijeron dos fuentes cercanas a la transición.